Triple estándar
"Por esas cosas del destino, se comprobó que hacía 16 años que él no pagaba contribuciones"
Hace algunos lustros, en un conocido programa de TV, cuatro panelistas analizaban el nivel de deuda de lo que -en ese entonces- era el "crédito fiscal universitario" y las emprendían contra los irresponsables que no pagaban, citando -de paso- el enojo de presidentes y ex presidentes de la república por tanta irresponsabilidad junta. Uno de los panelistas preguntó si todos los allí presentes "estaban al día". Por supuesto que sí, porque todos tuvieron educación superior absolutamente gratuita.
Una cosa llevó a la otra, y se concluyó que ninguno de los presidentes, pre y post dictadura, había pagado un peso por su educación universitaria. Pero bueno, el sistema antaño era otro, "no puede desviarse el foco del problema", es decir, la masa de irresponsables que no pagaban y estafaban de ese modo al Estado. Si las cosas seguían así -fatalmente- se podía llegar al agotamiento del sistema.
Mientras se discutía en Chile la ley de divorcio, dos rabiosos opositores a la idea -parlamentaria y parlamentario-. a través de todos los medios de comunicación anunciaban el desplome de la civilización si se llegaba a promulgar la citada ley.
Cuando ésta finalmente se aprobó, ambos se miraron a los ojos -con música de fondo-, se divorciaron de sus respectivos cónyuges y contrajeron matrimonio. Es de suponer que sus matrimonios anteriores se habían agotado.
Hace muy poco, un parlamentario, hijo de un ex Presidente de la República, dio voces de alerta, oponiéndose a que los adultos mayores quedaran liberados de pagar contribuciones. Por esas cosas del destino, se comprobó que hacía 16 años que él no pagaba contribuciones por su casa de veraneo, y que Papi tampoco, en 29 años. El parlamentario, de tanto dar explicaciones y pedir disculpas, quedó agotado.
Estos estándares no son exclusivos de Chile. Hace unos días, un homofóbico político húngaro, furioso enemigo de las minorías sexuales y contrario a cualquier ley que favoreciera a éstas, fue sorprendido en una orgía con 25 hombres. Unos días antes que el hecho trascendiera a la opinión pública, él renunció, y lo hizo argumentando "agotamiento". En este caso específico, el "agotamiento" se explica solo.
Jorge Loncón, escritor