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La pobreza nuevamente

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Han pasado algunos meses desde que el covid-19 llegó a nuestro país y ya hay evidencia de las consecuencias sociales y económicas de la pandemia.

Los indicadores de actividad económica y empleo se han deteriorado significativamente y las expectativas también. Las necesidades de las personas se han reconfigurado y esto se comienza a reflejar en diversos estudios.

Una reciente encuesta de Activa Research, situó a la salud como el principal problema que actualmente enfrentan los chilenos, seguido por el desempleo y las pensiones. La pobreza en tanto aparece en séptimo lugar y con clara tendencia al alza.

Considerando los rezagos de la pandemia es esperable que en los próximos años la pobreza vuelva a tomar protagonismo dentro del mundo de las políticas públicas y junto con ello, una realidad muy particular y con necesidades urgentes: la pobreza rural.

El 83% de la superficie del país corresponde a zonas rurales, las que según cifras del Banco Central representan cerca del 17% del PIB, y donde habita el 12% de la población total de Chile según el Censo 2017.

Resulta evidente entonces la importancia de los programas destinados al desarrollo económico y social de este sector. Sin ir más lejos, la pandemia dejó en evidencia el rol estratégico de la agricultura familiar campesina en el resguardo y desarrollo de la cadena de abastecimiento de alimentos para todo el país.

Sin embargo, y pese a ello, la sensación en el mundo rural sigue siendo la de "invisibilidad" en un Chile con una mirada cada vez más urbana.

Acortar la brecha entre lo urbano y lo rural es un desafío de todos. El diseño de las políticas y programas debe considerar las características e idiosincrasia de las familias que habitan en territorios rurales. Evaluar esta realidad desde una mirada urbana carece de sentido de realidad. Los objetivos individuales, las aspiraciones materiales, las expectativas de desarrollo son entre sus habitantes, con seguridad, muy distintas a las de la población urbana.

En esa tarea tanto Indap como Fundación para la Superación para la Pobreza tienen una larga trayectoria y puntos de encuentro en los territorios. Uno de ellos ha sido el programa Prodesal y las unidades de fomento productivo en los municipios, donde se ha hecho un esfuerzo por ejecutar planes pertinentes a las realidades locales. Un aporte que no sólo considera la entrega de subsidios, sino también de herramientas sociales y laborales que inciden en el bienestar y calidad de vida de las personas.

Hacerse cargo de la pobreza rural no implica postergar la urbana. Tampoco convertir todo potencial impacto en números. Se requiere de una mirada descentralizadora que incorpore las necesidades de quienes viven en contextos distintos y considerarlos como parte esencial de nuestro país.

Por Carlos Recondo, director nacional de INDAP y Andrea Repetto, Presidenta Fundación Superación de la Pobreza

ENTREVISTA. Renato Acuña, médico cirujano, candidato a presidencia Colegio Médico:

"Las regiones deben tener visión propia e independencia, y lo deben transmitir al nivel central"

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Alma López

Con más de 30 años dedicados al servicio de la salud pública, el médico cirujano Renato Acuña considera que las regiones deben tener una independencia y visión propia, la cual deben hacer llegar al nivel central. En el contexto de pandemia, por covid-19, asegura que cada zona y comuna del país es compleja, por lo que es partidario de que cada zona busque la fórmula y método que más le favorezca para salir adelante. El también cirujano infantil, docente y jefe del Departamento de Morfología de la Universidad del Desarrollo, está en una carrera por la presidencia nacional del Colegio Médico, institución en la que hoy es consejero y la cual, asegura, está actualmente polarizada y no vela por los intereses de los profesionales de la salud.

-¿Qué opina del hecho que Puerto Montt ha tenido una extensa y poco efectiva cuarentena para controlar la propagación del covid-19; además, muchos ciudadanos no acatan el confinamiento con la seriedad requerida?

-Nosotros somos esencialmente sociables y en el sur más todavía. Ir a ver a los amigos, salir, es parte de la vida de las personas y estar confinados produce una serie de trastornos sociales, económicos, mentales y de todo tipo. Al prolongarse, produce angustia. El tema es complejo y cuando la autoridad sanitaria determina un confinamiento tiene que evaluar todas las posibilidades: poner en la balanza qué es mejor, un poco más de contagios, más presión o más agresividad en las medidas, etc. Considero que con la metodología del Paso a Paso, en que unas comunas salen y otras entran, dependiendo de sus progresos o retrocesos, de alguna forma ayuda a mitigar esa ansiedad.

Por otro lado, está la idiosincrasia de los chilenos, no somos muy dados a recibir y acatar instrucciones como pudo pasar en China, Corea o Nueva Zelanda, países en los que la población acató las disposiciones y lograron controlar bien.

-¿Qué le responde a expertos que no justifican cuarentenas tan severas, basados en estadísticas que arrojan baja letalidad del covid-19?

-Las estadísticas dan para mucho y si bien el coronavirus tiene una baja letalidad, cuando se muere un padre, el abuelo, el tío, el vecino, ya no es tan baja. No podemos minimizar a un enemigo tan poderoso como el covid-19. En Los Lagos el virus es la octava causa de muerte, pero que ha dejado en jaque a todo el planeta y todas las potencias del mundo quedaron a sus pies. Cambio formas de vida, dejó la economía mundial en muy mal pie, entre tantas otras cosas.

-¿Cómo analiza el tratamiento centralista que se le ha dado a la pandemia, tomando en cuenta la disparidad poblacional y características diferentes de cada región?

-Hubo medidas tardías y claramente lo centralizado que está nuestro país hace que se puedan cometer ese tipo de errores, porque cuando tienes una ciudad con 8 millones de habitantes y otra de un millón, el nivel central trata de analizar el mayor número. Obviamente para los que están del otro lado es un error y considero que se debe hacer un análisis más global y cercano a la gente que sea posible. Uno puede cometer un error al no escuchar a las regiones y no escuchar a la gente, eso puede producir mucha rabia. Me pasa en mi trabajo como cirujano infantil. Muchas de las patologías complejas se trasladan al nivel central porque hay más experiencia, recursos, etc. Desde hace más de 20 años he ido desde Arica hasta Punta Arenas a realizar procedimientos complejos como una forma de descentralizar y hacer crecer en las regiones la especialidad, las UCI.

Y para allá tiene que apuntar el camino.

Las regiones deben tener visión propia e independencia, y lo deben transmitir al nivel central. Hay que insistir en eso. No es lo mismo hacer una restricción en la Isla de Pascua, que hacerla en Puerto Montt, Arica o Punta Arenas, las condiciones son muy diferentes y complejas.

-¿Considera que hay otras fallas para controlar la pandemia en el país?

-Se cometieron errores comunicacionales y diría que en la primera etapa un poco por el desconocimiento de la enfermedad, la trazabilidad no fue efectiva al 100% y se trabajó mucho en conseguir implementaciones. Se cometieron errores, pero no fueron a propósito, sino por desconocimiento. Ningún ministro de salud en el mundo hubiese querido que murieran mil, 100 o un solo paciente por error en las estrategias. No solo pasó aquí, sino en muchos otros países. Pero hay que avanzar, no podemos quedarnos estancados en los errores.

-¿Qué lo motiva a ser candidato a la presidencia del Colegio de Médicos?

-Primero debo explicar que llegué como consejero al Colegio en 2017. Pasado el tiempo fui participando en las reuniones y aparecí en una lista de quienes queremos recuperar el colegio para los médicos, debido a que notamos que está en un extremo y necesitamos que se ocupe de los médicos y no solamente de los problemas mundiales. En estos momentos la institución cumple un papel de plataforma política más que de ayuda a sus integrantes, su trabajo, los cargos, esto ha quedado en segundo plano. Queremos que sea un punto de encuentro y no de polarización. Está absolutamente polarizado y creemos que es lógico que acoja y reciba a todos los médicos, de los distintos colores y pensamientos y no solo a aquellos que piensen de determinada forma. Quiero recuperar la institución para que todos se sientan apoyados, protegidos y la vean como su casa.

-¿Qué debería mejorarse en la salud pública del país? ¿Tendría propuestas para esta área en una nueva Constitución?

-Nuestra salud pública es muy buena. Para lo que gasta el país en salud, los índices sanitarios son muy buenos, comparado a los índices de países desarrollados. En esta pandemia se pudo ver la virtuosa relación entre lo público y privado, se complementó muy bien.

Es cierto que hay un problema de recursos y hay que inyectarle, tenemos que entender que la salud es un bien que es caro y que hay que aportarle más. Más personal, más compromiso de la gente en querer cuidarse. Sí, hay algunas propuestas que hay que hacer, qué va a pasar con la Ley Médica, con el Código Sanitario, hay que hacer unas modificaciones. Tengo mucha confianza en que hay que tomar todas las oportunidades que se dan para salir fortalecidos. Estamos en una situación en que la pandemia y la crisis social han visibilizado un montón de cosas que hay que tomar en cuenta, revisar y solucionar, en salud es lo mismo. Hay que preparar a mucha gente para que el sistema de salud dé un salto hacia adelante.

"Se cometieron errores comunicacionales, medidas tardías y la trazabilidad no fue efectiva al 100%, pero un poco por el desconocimiento de la enfermedad. Ningún ministro de salud del mundo hubiese querido que murieran mil, 100 o un solo paciente por error en las estrategias".