Variadas repercusiones hubo en el ambiente político de la ciudad de Puerto Varas, luego de que el edil Ramón Bahamonde manifestara su intención de ir por un nuevo período, argumentando que "no vislumbra nuevas figuras que puedan asumir los desafíos que impone el desarrollo lacustre". Uno de los interesados en competir por el sillón alcaldicio en las próximas municipales, el actual concejal Luis Becerra (independiente), no comparte los dichos de Bahamonde. Becerra dice discrepar, ya que en su caso, según argumenta, tiene una dilatada experiencia en el ámbito administrativo municipal, además de haber realizado varios postítulos en materia de gestión de desarrollo social, finanzas municipales y gerencia pública regional.

"Creo que sí es tiempo de nuevos liderazgos en Puerto Varas, y hay gente preparada para ello. No se necesita simplemente un gerente. Hoy la ciudadanía espera que sus autoridades estén en sintonía con los anhelos de la comunidad".

El candidato a la alcaldía dice que "espera una gestión municipal con un énfasis en la participación ciudadana, la transparencia, el buen manejo de los recursos públicos, el cuidado del medio ambiente y el diálogo permanente con todos los actores sociales. Al menos yo me siento preparado para liderar una gestión con estas características y principios", si es que se impone en los próximos comicios municipales.

en la actualidad, becerra es concejal de puerto varas.

El alcalde Gervoy Paredes y el director del DAEM Puerto Montt, Alban Mancilla, destacaron la aprobación de recursos por parte del Concejo Municipal para los proyectos de infraestructura del Colegio Técnico Profesional Piedra Azul, el Liceo Isidora Zegers, el Liceo Industrial de Puerto Montt y la Escuela Arturo Prat, realizando mejoras significativas para la conservación de estas unidades educativas.

Tras la aprobación de recursos, Paredes manifestó que "es una inversión pública importante a través del Faep, que pasó a Concejo, y que fue aprobado por la Comisión de Educación que preside Eduardo Matamala".

Según detalla, "estamos hablando de una inversión superior a los $500.000 en distintos colegios".

En cuanto a las obras, para el Liceo Industrial se considera la conservación en el pabellón de tres niveles, esto incluye la reposición de cubierta, hojalatería, canales, forros y revestimiento interior, entre otros trabajos. En el caso del Colegio Técnico Piedra Azul, se trata de la conservación integral del establecimiento; mientras que el Liceo Isidora Zegers será remodelado para la conservación de dos pabellones, considerando cubierta, cielos, ventanas y puertas. Para la Escuela Arturo Prat el proyecto considera la reposición del 100% de la cubierta, incluyendo aislación térmica e hídrica, reposición de ventanas y tapacanes.

En unos días más vamos a celebrar las Fiestas Patrias, pero de manera muy distinta debido a la pandemia del coronavirus. Ser un país libre del dominio extranjero no es un asunto menor, aunque a veces me da la impresión que no hemos aprendido a usar esa libertad, esa autonomía, de manera plena y positiva.

El problema de fondo radica aquí en la forma de hacer política, donde no hay un real liderazgo que se proyecte hacia el futuro, pues la inmensa mayoría de los políticos chilenos están capturados por el pasado, son unos prisioneros que manejan los asuntos de Estado mirando por el "espejo retrovisor". Y se dejan llevar por las exigencias de una muchedumbre de adolescentes que no saben lo que efectivamente quieren, y menos aún lo que una nación económica y socialmente subdesarrollada puede entregar sin riesgo de caer en el populismo o el caos administrativo. Esta situación se ve multiplicada exponencialmente por todos aquellos sectores que sienten tener el derecho de salir a la calle a realizar un sinnúmero de demandas, haciendo gala de la violencia como método de persuasión.

En algún momento deberá aparecer un liderazgo que se atreva a mirar la realidad tal cual es, y decir las cosas por su nombre. La democracia no es sinónimo de caos, o de gobiernos dubitativos. Tampoco debe ser una analogía del desorden en la calle o en la administración del Estado. No puede ni debe ser así.

En el presente, y seguramente por muchos años más, la gente pide y pedirá cambios y reformas al sistema democrático que nos ha gobernado durante los últimos 30 años. Indudablemente, cambiar y evolucionar son características consustanciales al ser humano; sin ellas no habría progreso posible. Pero deben ser abordadas de manera pacífica y sensata, prescindiendo de aquellas premuras y urgencias que terminan por socavar todas nuestras buenas intenciones.

La calle ejerce una suerte de fascinación para muchos en nuestro país. No son pocos los que señalan como ejemplo válido los sucesos acaecidos durante la Revolución Francesa a partir de 1789, cuando el pueblo se tomó las calles y derrocó a la monarquía absolutista. Sin embargo, muy pronto sobrevino el Reinado del Terror -con el exterminio de 117.000 campesinos sólo en la región de la Vendée, amén de miles de otros asesinatos-, incluyendo formas caóticas de gobierno y asambleas populares.

Chile va a entrar en una etapa de grandes reformas y cambios durante los próximos meses, necesarios para hacer de nuestra nación un lugar más inclusivo y moderno. Se requieren liderazgos políticos preclaros para evitar los excesos de las manifestaciones revolucionarias francesas, las cuales podrían replicarse en Chile si no cuidamos el lenguaje incendiario y los actos violentos, insensatos, de quienes están empeñados en destruir antes que edificar y crear.