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ENTREVISTA. Marcello Sambuceti, fiscal jefe del Sistema de Análisis Criminal y Focos Investigativos (Sacfi) y caso prestamistas "gota a gota":

"Quien pidió un préstamo no cometió un delito: es una víctima"

OPERACIÓN "BANCOLOMBIA". Catorce imputados quedaron en prisión, tras una maratónica audiencia en contra de una organización criminal que acumuló más de $500 millones en ganancias gracias a los intereses usureros que exigían.
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Cerca de 12 horas duró la audiencia de control de detención y formalización de cargos en contra de una banda dedicada a los préstamos usureros, la que operaba entre el Biobío y Los Lagos, y cuya investigación se originó en 2018 en un caso de Puerto Varas.

La instancia judicial, realizada el viernes vía videoconferencia, concluyó con la formalización de los imputados -12 colombianos y cinco chilenos- por asociación ilícita para cometer delitos de usura, captar dinero del público e infracción a la Ley de Bancos, así como también delitos de amenazas y lavado de activos, en concurso con asociación ilícita para lavar dinero.

El Juzgado de Garantía de Puerto Varas acogió los argumentos presentados por la Fiscalía, en cuanto a que los formalizados representan un peligro para la seguridad de la sociedad, en atención al número y naturaleza de los ilícitos formalizados y al peligro de fuga, decretando prisión preventiva para 14 de ellos. Los otros tres encausados quedaron con arresto domiciliario, arraigo nacional y firma semanal.

De ser condenados, los jerarcas de la organización arriesgan penas que parten en los 5 años y un día, e incluso podrían alcanzar los 15 años de presidio efectivo.

Operación

Los delincuentes, aprehendidos por la PDI en la operación "Bancolombia", cobraban intereses que bordeaban el 20% por cada crédito, lo que les permitió acumular más de $500 millones en ganancias, dinero que fue invertido en diversos bienes, como vehículos de alta gama, los cuales fueron incautados por la policía civil, así como otras especies de alto valor. Asimismo tenían dos tiendas en Valdivia, donde se investiga un presunto lavado de activos.

Entre los detenidos figuran el líder de la organización, así como sus brazos operativos y testaferros (quienes prestan sus nombres para la compra de bienes o negocios).

En entrevista con El Llanquihue, el fiscal Marcello Sambuceti, quien es jefe de la unidad especializada de la Fiscalía Sacfi Los Lagos (Sistema de Análisis Criminal y Focos Investigativos), analizó los detalles de esta causa, así como los desafíos respecto a poder acreditar cada uno de los movimientos de esta agrupación delictual.

-¿Cuál es su evaluación de lo resuelto en el Juzgado de Garantía, en cuanto a la formalización de cargos y las cautelares, donde 14 de los 17 integrantes de la organización quedaron en prisión preventiva?

-Es un paso importante para la investigación, teniendo presente que esto se inició hace dos años en el contexto de delitos que ocurrían en la Provincia de Llanquihue y que se traducían en la entrega de dinero mediante préstamos informales de personas organizadas entre sí.

En este lapso de tiempo se avanzó en la investigación. Durante el presente año le dimos un impulso al caso, dentro de la unidad Sacfi de la Fiscalía Regional de Los Lagos, viéndolo desde una lógica de una asociación ilícita dedicada a cometer diversos ilícitos, y desde una óptica en que no sólo se apuntaba a los hechos en particular, sino que las actividades que se realizaban después de los préstamos y la usura (cobros altos de intereses).

De esa manera, determinamos otros tipos penales, como el lavado de activos. Una particularidad que tiene este delito se orienta al ámbito patrimonial y al ocultamiento de las ganancias que vienen de una organización delictiva. Ese dinero se invierte en el mercado, de manera de ocultar la adquisición ilícita.

-Se habla de que este grupo ofrecía créditos con un 20% de interés: ¿cuánto dinero pedían las víctimas y cuánto terminaban pagando después en total?

-Se detectaron diversos préstamos y distintos montos, dependiendo de las necesidades de las personas. Por ejemplo, hay préstamos de $200 mil que se transformaban en varios millones de deuda. Hay otros que pedían más dinero y que, al no pagar, iban generando nuevos intereses y amenazas en su contra, haciendo referencia a un atentado contra sus propiedades o integridad física.

Respecto a los clientes, hemos visto desde comerciantes hasta personas que necesitaban dinero rápido y que el mercado financiero no les ofrecía una solución por distintas razones, ya sea porque no calificaban para un crédito o porque el dinero era de fácil y sencillo acceso.

De esta manera se iban vinculando con las distintas personas, les entregaban el dinero y luego venía el proceso de recaudación, el que se hacía en montos bajos -factor que genera la atracción de los clientes-, pero una frecuencia alta, incluso diaria. Por ejemplo, un pequeño comerciante con un flujo de caja bajo le permitía pagar todos los días a los prestamistas, práctica que en el mercado formal no es usual.

"Son investigaciones complejas, largas y no es extraño que se puedan extender por dos años, ya que el objetivo no solo es develar lo específico, sino que algo mayor dentro de un contexto, donde hay una empresa que realiza diversos delitos" "Hoy no solo investigamos una amenaza sobre una persona, o el financiamiento de una operación de usura, sino que investigamos todo un fenómeno que se ha dado en el tiempo y en la región"