Peluquerías en cuarentena: recorte forzado de clientes e ingresos
IMPACTO. Es uno de los gremios que más se ven afectados con el confinamiento obligatorio, ya que al no ser considerados como una actividad esencial, los dedicados al rubro debieron cesar sus funciones al menos por 14 días, lo que para todos se traduce en no contar con remuneraciones en dos semanas, echando mano a ahorros o préstamos.
"Ahora que estamos con la cuarentena en Puerto Montt, los ingresos van a bajar el 100%. En los meses previos, tuve la oportunidad de conversar con los colegas y tenían en un día dos cortes, otros uno o nada", dice Lidia Almonacid, quien lleva cerca de dos décadas como representante de la Asociación Gremial de Peluqueros de la Provincia de Llanquihue - Chiloé.
Para el gremio -que ya se ha visto afectado desde inicios de la pandemia- el confinamiento obligatorio los deja en una situación bastante compleja, ya que, al no ser considerada una actividad esencial, deben cerrar hasta cuando termine el encierro, dejándolos sin remuneración por al menos 14 días.
"Cuando se anunció la pandemia, las personas dejaron de ir a las peluquerías, entonces hay muchos colegas que están muy muy complicados, como yo, porque las alumnas del instituto de belleza -con el cual también trabajo- prácticamente todas se retiraron. Quedé con dos estudiantes de un total de 12, aproximadamente, así que nos ha dificultado el arriendo, y a los que son más jóvenes, les ha perjudicado, porque tienen hijos en la universidad, porque tienen que mantener a su familia, o quienes son solas, porque su fuente laboral es esta", comenta la presidenta de la asociación zonal que agrupa a 42 personas, entre dueños de salones y empleados.
La situación ha golpeado tan fuerte al sector, que "muchas han tenido que cerrar, sobre todo, las que tenían sus peluquerías en el centro, que en este momento no están trabajando", afirma la también dueña de Insprol, centro de belleza ubicado en Paseo Talca 90.
Además, están los que atienden en sus propias casas, y que, pese a que ahorran gastos como el arriendo de local, hoy se ven igualmente aquejados, porque tampoco pueden atender. "Uno paga patente, IVA, contador, y sin clientes, sencillamente yo no como", dice Eunice Bontes, dueña del salón del mismo nombre, instalado en Villa Antillanca.
La peluquera, que también participó como secretaria de la asociación, relata que, en su caso el contratiempo ha estado en que ambos, con su esposo que es colectivero, trabajan de forma independiente, por lo que en este periodo solo deberán recurrir al dinero que tenían guardado. "Nosotros vivimos gracias a nuestra clientela y pasajeros, y cuando hemos querido buscar ayuda, no podemos, porque no calificamos en ninguna área, no somos ni ricos ni pobres. Entonces, ¿qué estamos haciendo?, sobreviviendo con lo que teníamos ahorrado", apunta Bontes.
En ese contexto, la presidenta del gremio advierte que son los que menos colaboración han obtenido del Gobierno, pero que está buscando la manera de conseguir más cooperación para aquellos que se están afectados. "28 colegas recibimos la ayuda de la Municipalidad de Puerto Montt. Ahora estoy pensando dónde ir a pedir ayuda, pero diosito abrirá alguna puerta", expresa la