Puerto Montt desaseado
Sorprendente fue constatar por redes sociales hace unos días que la Municipalidad de Puerto Montt obtuvo una "certificación ambiental" por parte del Ministerio del Medio Ambiente. Lo paradójico de dicho galardón es que se desconoce el criterio técnico usado por los "evaluadores" para otorgar dicho reconocimiento.
Lo anterior, cuando es evidente que la comuna de Puerto Montt debe ser una de las más desaseadas, enmalezadas y desordenadas de Chile. Para darse cuenta de esto, sólo basta darse una vuelta por el centro cívico, vandalizado por los delincuentes de la "primera línea" después del estallido de octubre último, o percatarse cómo desde que asumió la actual administración es evidente el aumento de tachos rebalsados y acumulación de basura y desperdicios en la calle; donde los perros vagos hacen de las suyas a vista y paciencia de la población; donde la Costanera de la ciudad es un nido de roedores que pululan entre roqueríos, orines, excrementos y ambulantes que botan sus residuos en plena vía pública; donde la Dirección de Obras Municipales (DOM) incumple su deber institucional, haciendo vista gorda y fomentando la instalación de verdaderos focos infecciosos y de contaminación visual, como lo son las mediaguas que se están tomando el borde costero desde el sector de Avenida España hasta el balneario de Pelluco por el sendero de la ex vía férrea.
Esto último, a sabiendas de la ilegalidad de estas tomas y del riesgo sanitario existente por la falta de alcantarillado y carencia de conexiones legales a los servicios básicos como el agua potable.
En síntesis: el papel aguanta todo, pues no se entiende cómo se otorga una certificación de este tipo a una administración edilicia que lo único que ha hecho es a contribuir al deterioro del medio acuático, aéreo y terrestre de una comuna que, no sin razón, ha sido llamada la "puerta de la Patagonia". Una vergüenza.
Francisca Ruiz y Patricia Martínez
Trabajadores abandonados
Vivo en Puerto Montt. Hace dos años atrás trabajaba en una constructora española en Osorno. De la noche a la mañana nos dejaron botados, con sueldos impagos y finiquitos pendientes. En un juzgado civil de Santiago se ventila nuestra demanda contra estos mal empleadores, debiendo el Ministerio de Transportes hacerse cargo del pago de lo que se nos adeuda.
Dos años ya sin trabajo, y entremedio el estallido social y ahora la pandemia. Tengo un auto y hoy tengo pana de motor, o sea, ya no tengo nada como defenderme. He tocado muchas puertas, con diputados y senadores, en fin, nadie se la ha jugado por echar una mano, puras palabras.
Intenté hablar con la ministra de Transportes, pero son prácticamente dioses inalcanzables para un simple hombre. Vuelvo nuevamente a hacer un llamado a alguna autoridad para que nos ayude. Este caso, como muchos más, es dramático, ustedes imaginarán cómo están las familias olvidadas para las que cada día que pasa es tremendo.
Óscar García Barría
Retiro de fondos y el Titanic
No hay mucho que celebrar con el retiro del 10% de las AFP. Si bien es un alivio para la ciudadanía, denota un problema de política estructural, y es que la capacidad del oficialismo a la hora de salvaguardar a la población ha sido ineficaz. Aquello ha concluido con el Ejecutivo perdiendo el timón en manos de la oposición, que en conjunto con un sector oficialista que se descarriló del alineamiento político del Gobierno, busca la aprobación de este proyecto del retiro del 10% de las AFP, que es la fiera representación de la incapacidad del aparato estatal para proteger a la ciudadanía.
Más allá de la derrota legislativa del Ejecutivo y la acefalia de liderazgo del oficialismo, el proyecto del 10% presenta una señal clara de la clase política a la población. Se traduce de forma apocalíptica y es un "cuídense solos, sálvense quien pueda, el Titanic tiene los botes salvavidas contados y no hay espacio para todos".
Cristian De la Cerda Escobar
Adiós a calbucano fallecido
El martes pasado, a los 81 años, dejó de existir el conocido y querido vecino calbucano José Sayel Yunes Velascos, Q.E.P.D., causando honda consternación en su círculo cercano familiar y de la comunidad en general. Fue un destacado deportista del básquetbol local y comerciante, en palabra y sentimientos de muchos, un hombre bueno, sencillo, colaborador.
Tal como alguien expresó, la esquina dulce de Calbuco está de luto. En los últimos 30 años de toda una vida dedicado al comercio, ejerció su atenta actividad desde la "Confiteria Don Jorge".
A don Sayel le sobreviven su esposa Cecilia López Léniz, profesora jubilada, y sus hijos Yasna, Eduardo y Yamal, los dos últimos dedicados al comercio, la imprenta y el turismo.
Quiero expresar a través de estas modestas líneas un sencillo reconocimiento a un calbucano, que era parte de una tradicional y querida familia de la ciudad.
Eduardo Nievas Muñoz