Guillermo Tobar Loyola Académico Inst. de Filosofía de la USS Patagonia

La historia de la humanidad está colmada de eventos extraordinarios, en los cuales el hombre fue capaz de adaptarse al ambiente geográfico y conseguir su supervivencia. Por adverso e inclemente que haya sido el clima o la topografía del lugar, el hombre consiguió instalarse en él y desarrollar su vida con normalidad. Ni el frío, ni el calor, ni la lluvia, ni la sequía extrema son impedimentos para que el ser humano corone con su presencia los lugares en los que reina la adversidad.

Ahora bien, para que ello ocurriera el ser humano debió acostumbrarse a lo nuevo y a lo extremo, debió ejercitarse en la paciencia y formar el carácter, de tal modo que la incertidumbre y el miedo no arrancaran de él, el sueño que un día tuvo.

Nada es fácil en la vida humana si buscamos de ella lo mejor. De alguna manera, nuestros límites son los que nosotros mismos imponemos a nuestra mente, sobre todo cuando en lugar de ver posibilidad de cambio, vemos monstruos que desfiguran en el presente lo que soñamos ganar en el futuro.

La pandemia actual que remece al mundo entero es, sin duda, algo terrible. Pero, sin desconocer su objetividad los límites están solo en nuestra cabeza, por lo que de nosotros depende mirarla de otra manera y convertirla en una posibilidad de cambio. De tal modo que sea un incentivo para transformaciones significativas en la educación, en la docencia y en el trabajo, pero de manera especial en las relaciones humanas.

Necesitamos volver al valor que posee el encuentro humano, a la magia de los abrazos, pero sobre todo volver al insustituible acontecimiento de tomar un café notando el brillo en los ojos de nuestro acompañante. Es decir, volver al aprecio de lo realmente humano. ¡Cuánto cansan las pantallas si podemos vernos cara a cara!

En ocasiones necesitamos de un evento extraordinario -amable o terrible- o de una persona -conocida o anónima- que nos empuje a cambiar; cambio que tal vez nunca hubiéramos hecho por nosotros mismos, pero que una vez experimentado miramos atrás y decimos ¡lo volvería hacer! Para que ello ocurra hay que perseguir con inteligencia y voluntad la verdad de las cosas y no su apariencia.

Concluyo con una sencilla historia que un día conocí. Un grupo de personas, después de escuchar a un brillante pianista le dijeron: "maestro, daría media vida con tal de ser tan buen músico como usted…" a lo que el pianista respondió: "es justamente lo que yo hice".

"Necesitamos volver al valor que posee el encuentro humano, a la magia de los abrazos, pero sobre todo volver al insustituible acontecimiento de tomar un café notando el brillo en los ojos de nuestro acompañante".

En el marco de la campaña nacional #Acompaña2, el Colegio Médico Puerto Montt entregó nueve equipos celulares al Hospital Puerto Montt a fin de potenciar la comunicación, mediante videollamadas, entre pacientes y familiares; contribuyendo a mejorar el proceso de recuperación. Desde que se iniciara la pandemia, se ha generado tanto para las familias, hospitalizados e incluso personal de salud, una fuente de estrés y angustia, por el aislamiento que viven los pacientes covid-19 y no covid-19 durante la etapa de hospitalización. De ahí que esta campaña enmarcada dentro de la estrategia de salud mental del Colegio Médico de Chile busca "dar un apoyo concreto a pacientes que están hospitalizados y sus familias, tanto pacientes covid-19 como hospitalizados por otras circunstancias; quienes por motivo de la pandemia y donde se han suspendido las visitas, tienen dificultades para mantener contacto (directo) con sus seres queridos. Entonces viene a reforzar la posibilidad de que puedan ser contactados por el personal del hospital a través de estos equipos celulares", detalló el Fernando Iñiguez, presidente del gremio en las provincias de Llanquihue, Chiloé y Palena. Para la dirección del Hospital Puerto Montt, esta donación se suma a la adquisición de cuatro tablets como herramientas tecnológicas al servicio de la humanización del trato.

Por medio de la utilización de las tecnologías de la información y despachos en línea a través de redes sociales, Maullín apoyará a los emprendedores de la comuna en tiempos de pandemia.

Se trata de una innovadora iniciativa que ha puesto en marcha el municipio con sus equipos de trabajo para apoyar a los emprendedores locales y mantener en movimiento la economía local para enfrentar la crisis económica generada por la Pandemia y todas las restricciones que se han puesto en marcha para mantenerla a raya.

En este sentido y para mantener una de las actividades culturales que se ha consolidado fuertemente los últimos años, se ha creado un programa especial para llevar a cabo la ruta gastronómica Costumbres Bajo Lluvia, actividad cultural y gastronómica que se creó hace 7 años para romper la estacionalidad y dar oportunidades a los negocios y emprendimientos locales.

Para el alcalde, Jorge Westermeier, "esta es una gran apuesta, porque no es solo utilizar la tecnología para aportar al desarrollo de la economía sino que también es enfrentar la crisis sanitaria de una manera diferente. Sabemos que nuestros vecinos y vecinas, en su mayoría están pasando por necesidades, y Costumbres Bajo la Lluvia es un oportunidad real para generar ingresos extras, que a nadie le viene mal". Además destacan la consolidación que ha ten ido la actividad.