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Pasarela del Mall Costanera
En carta publicada el 2 de julio en El Llanquihue, la lectora Susana Contreras -atribuyéndose la representación de "miles de personas"- defiende la pasarela que Pasmar quiere construir sobre calle Copiapó. En su misiva, asegura que es una "demanda ciudadana" que beneficiará a "las y los puertomontinos" porque podrán transitar por el mall sin exponerse al viento y a la lluvia. También dice que los críticos del proyecto requieren "mayor visión de futuro" porque esta obra sería de gran importancia para Puerto Montt.
Esa misma "visión de futuro" ha llevado a que hoy tengamos una gran muralla en la primera línea de la costanera -con planes de seguir creciendo con esta pasarela y otros proyectos- que bloquea el principal atractivo de la ciudad: su anfiteatro natural con vista al mar. Muralla a la que la pasarela se viene a sumar.
Argumentar que beneficiaría a la "comunidad en general", como si se tratara de un parque o un recinto cultural, ignora el impacto negativo que tendría en el entorno, tal como advirtió hace ya un año en este diario el arquitecto Carlos Mora (23/06/2019, página 4). Pero no hay que ser experto para imaginar el potencial daño: sólo basta con ver la calle Illapel, donde hoy -gracias a la conexión aérea del mall- reinan el viento, el comercio ambulante y la inseguridad.
¿Quiénes ganarían realmente con la pasarela? Los clientes de Pasmar, sin duda -quienes podrán ahorrarse cinco minutos en cruzar de un edificio a otro-, y los bolsillos de Pasmar, la misma empresa que luego de inventar la "necesidad" ahora ofrece la solución.
Me encantaría no tener que mojarme en días de lluvia cada vez que compro o hago un trámite en el centro, pero por más pasarelas o marquesinas que se construyan, eso es imposible en Puerto Montt. Eso no significa oponerse a obras que alivien esta problemática, pero sí a aquellos proyectos que, disfrazados con nobles intenciones, sólo buscan beneficiar a unos pocos, en desmedro de la ciudad y del espacio público.
Nicolás Binder Igor
Respuesta de la Fiscalía
En edición del miércoles pasado de El Llanquihue, se publicó en el medio de su dirección una carta firmada por un abogado de la plaza (Manuel Rojas Asenjo) en la que efectúa críticas al accionar de la Fiscalía, acusando actuaciones de forma que faltan al respeto no sólo a la Fiscalía de Chile y sus integrantes, sino que también a miembros del Poder Judicial.
La Fiscalía de Chile es una institución que actúa en el marco de la ley y la democracia y su funcionamiento permite sostener el Estado de Derecho y la convivencia pacífica de los ciudadanos que reclaman su intervención, lo que hace valorar y ponderar en su mérito los emplazamientos críticos que se efectúan a nuestro trabajo. No obstante, esa tarea de control externo, para resultar constructiva y útil a la mejora continua del servicio, debe ejercerse siempre con respeto a las personas, con apego a la verdad y con el conocimiento técnico debido de las instituciones procesales, competencias y facultades de los órganos del Estado.
Un deber, un límite y un valor del accionar de la Fiscalía es la objetividad, mientras que la independencia lo es del sistema de justicia penal. El hecho que los fiscales del Ministerio Público sostengan con autonomía una calificación jurídica y una posición ante un tribunal, y que éstos acojan esa postura u otra contraria o lejana a los intereses de sus defendidos, no puede significar de manera alguna que se esté atentando contra esos principios reguladores.
La vía correcta de impugnación de las decisiones de la Fiscalía y las resoluciones de los tribunales son los recursos procesales y los reclamos administrativos, regulados en el Código Procesal Penal y la Ley Orgánica del Ministerio Público, respectivamente, instancias que si se han ejercido, reclaman acatamiento de los intervinientes, sean favorables o no a las pretensiones de su parte. Un resultado no deseado en la contienda judicial en ningún caso habilita denostaciones generalizadoras a los miembros de una institución.
Como fiscal regional, puedo dar fe del constante trabajo profesional y comprometido de los fiscales, a quienes se alude de manera ofensiva en la carta, por lo que no puedo sino rechazar enfáticamente los juicios de valor emitidos por el señor Rojas.
Carmen Gloria Wittwer, fiscal regional de Los Lagos
Cuidado con los influencer
Yo me pregunto, ¿usted se realizaría un tratamiento médico con alguien que no es médico? Lo más probable es que no. Entonces, ¿por qué le hace caso al primer influencer que dice ser experto en actividad física o nutrición? Recuérdelo antes de poner en peligro su vida, usted no lo haga.
Tomás Hennigs Díaz
Fuga de salmones
Sigo esperando el pronunciamiento de Sernapesca sobre la fuga de salmones.
Rafael González