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Salmones escapados no son aptos para el consumo tras recibir carga de antibióticos

CAICURA. Seremi de Economía advirtió riesgo para la población. Hasta ayer todavía no se cuantificaba el total de los ejemplares fugados.
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Erwin Schnaidt

El Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) de la Región de Los Lagos confirmó el escape de salmones desde el centro de cultivo "Caicura" de la empresa Blumar, ubicado en el Seno del Reloncaví, a la altura de Contao, en la comuna de Hualaihué.

El incidente fue reportado el sábado por la propia compañía, que lo atribuyó al viento "Puelche" que generó olas de magnitud e "inusuales corrientes marinas", lo que hizo colapsar 16 de las 18 balsas jaulas que componían su módulo de cultivo, las que terminaron hundiéndose en el mar al cortarse sus fondeos.

De acuerdo a la propia firma, mantenían 875.144 peces en etapa de engorda, con un peso promedio de 3,8 kilos, "desconociéndose por el momento, la magnitud exacta del escape", expuso Gerardo Balbontín, en un hecho esencial enviado a la Comisión para el Mercado Financiero.

Mientras que el portal de internet de Blumar especificó que el hecho se registró pasada la medianoche del sábado (00.10 horas, aproximadamente) y que "apenas las condiciones climáticas lo permitan, ingresarán dos barcos y un remolcador, cargados con materiales y elementos de flotabilidad, preparados por el Área de Logística de Blumar, para iniciar las labores de evaluación del módulo".

En la nota, Balbontín expone que su actual preocupación "es mitigar el impacto ambiental que esta fuga de peces representa", para lo que "se activaron los protocolos de contingencia estipulados por ley".

Aseveró que "en la medida que las condiciones climáticas y de seguridad lo permitan" sus equipos avanzará en ello y en la recuperación de las estructuras. Reconoció que este incidente "nos golpea fuerte", en medio de las medidas dispuestas por "las complejidades que ha presentado la crisis sanitaria por el coronavirus".

Con antibióticos

El secretario regional ministerial (seremi) de Economía, Francisco Muñoz, expuso que además realizan acciones necesarias para evitar que ejemplares de este escape puedan llegar al consumo humano.

"Sernapesca ya determinó que estas unidades de salmón deben ir a ensilaje (harina de pescado), porque tienen un tratamiento reciente de antibióticos (florfenicol)", expuso, junto con pedir no comercializar ni adquirir esos especímenes, "toda vez que puede ser dañino para la salud".

El seremi Muñoz reveló que Blumar estaría acordando con pescadores artesanales un plan de recuperación de esos salmones y reiteró que todo lo conseguido será calificado como mortalidad. Para ello, agregó, tanto Carabineros como la Armada están fiscalizando su eventual traslado y distribución en mercados y ferias.

Agregó que la empresa ya presentó un plan para salvar la estructura hundida y de recaptura de peces, aunque admitió que hasta ayer no era posible determinar con certeza la cuantía del escape, "puesto que las faenas de buceo están determinando esa instancia".

El director regional de Sernapesca, Eduardo Aguilera, se refirió a las acciones que seguirá esa entidad para controlar la contingencia. "En lo inmediato, estamos reportando la información a la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA), y vamos a continuar durante todos estos días haciendo las acciones de fiscalización respecto de la recaptura que tiene realizar la empresa, disponiendo de todos nuestros medios y equipamiento técnico al respecto, tanto con dron y el robot submarino para poder hacer las inspecciones".

Depredadores

Ante este incidente, la coordinadora de campañas de Greenpeace Chile, Estefanía González, estableció que este hecho puede tener efectos devastadores en la fauna marina local, especialmente porque estima que la superficie afectada y cantidad de salmones "es mucho mayor a lo que declara la empresa".

"El salmón es una especie exótica, que no tiene un depredador natural. Es una especie carnívora que al escaparse devora todos los peces nativos. Y estamos hablando de una zona donde sus comunidades locales dependen de la pesca de esas especies", especificó.

Para González se trata de otro efecto derivado de la presencia de la industria en la región. "El impacto ambiental del escape de salmones, se suma a la contaminación sistemática de los fondos marinos, de la columna de agua, de la incorporación de nutrientes que provocan mareas rojas en una zona que está completamente saturada por esta actividad, sumamente destructiva".

La coordinadora de Campañas de Greenpeace también advierte fallas en los planes de fiscalización por parte de los organismos estatales, a lo que sumó "un problema más de fondo, que es la negligencia de las autoridades de pesca del país, al declarar como zonas apropiadas para la acuicultura, a lugares que en la práctica han demostrado que no lo son", como por sus condiciones climáticas adversas para la actividad, especialmente en invierno.

También anunció que presentarán "diferentes acciones legales" y que están a disposición de las comunidades de la zona que se sientan afectadas para recurrir a la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA). "Hay que caducar la concesión a esta empresa y su Resolución de Calificación Ambiental (RCA)", planteó.

Estar preparados

En tanto, Liesbeth van der Meer, directora ejecutiva de Oceana Chile, expresó su preocupación ante la argumentación que ofrecen estas compañías frente a estos episodios. "Siempre las salmoneras atribuyen al mal tiempo estos accidentes. Los centros (de cultivo) deberían estar adecuados a estas condiciones desde el principio", expuso.

Mientras que en materia de la participación de la pesca artesanal en tareas de recaptura, relativizó ese aporte al sostener que aunque lo consigan "por ley no pueden venderlos; entonces, el incentivo es bajo".

Recordó que la normativa vigente indica la captura de al menos un 10% de esas especies en un plazo de 30 días tras el escape para no declarar daño ambiental; "sin embargo, generalmente no se recupera ni el 5%", aunque comentó que "las sanciones que se les ha dado históricamente a las empresas por temas de escapes, son bajas".

Van der Meer estimó que el volumen de escape equivale a unos tres millones de kilos de salmón. En cuanto a los efectos, coincidió en que se trata de una especie depredadora, lo que deriva en una competencia por hábitat o alimento con la fauna nativa, además de "la transmisión de enfermedades o químicos a otras especies o el establecimiento de salmones en el ecosistema natural".

Aviso a Sernapesca y la Armada

Cerca de las 2 de la madrugada del sábado, Salmones Blumar notificó al Sernapesca y la Armada sobre la ocurrencia del daño en esas estructuras. Sernapesca definió así que "la empresa dio cumplimiento de la normativa y activó plan de pérdidas de estructuras y escape de peces en un plazo menor a 24 horas, dando aviso de la contingencia".

13 operarios estaban en el pontón durante el incidente, quienes se encuentran en buenas condiciones de salud, estableció Blumar.

10 % de recaptura de los salmones escapados exige la Ley General de Pesca y Acuicultura, para no presumir daño ambiental.