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Con recorridos virtuales UACh Puerto Montt celebra Día del patrimonio

GRATIS. Una visita por el Centro de Interpretación de Humedales Yaldad, o el de la Juguetería Brintrup, son parte de la programación de hoy y mañana.
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Poner en valor los espacios patrimoniales de la región, es el aporte que la Universidad Austral de Chile Sede Puerto Montt, y el Proyecto Asociativo Regional PAR Explora Los Lagos -del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación-, ejecutado por esta casa de estudio, buscan lograr a través de diversas actividades virtuales, que se están desarrollando durante este fin de semana, en el marco del Día del Patrimonio.

Una de ellas es la preparada por la Unidad de Extensión Científica de la UACh Puerto Montt, en conjunto con la Mesa de Humedales de Chiloé, Patrimonio de todos, y patrocinado por Explora, que consiste en un recorrido remoto por el Centro de Interpretación de Humedales Yaldad, ubicado en la comuna de Quellón. La visita se podrá realizar desde las 10 horas de hoy.

Otra iniciativa es el "Concurso Fotográfico: Mi objeto significativo", que busca que niños y jóvenes de Los Ríos, Los Lagos y Aysén, retraten objetos familiares que hayan sobrevivido al terremoto de 1960.

Las bases y formulario de participación están disponibles en http://www.viajealepicentro.cl/ y las fotos se reciben hasta hoy. También se extiende la invitación a viajar por la historia del Centro de Interpretación de la conocida Juguetería Brintrup Hertling de Puerto Varas, a través de una cápsula audiovisual que será publicada la próxima semana.

"En la novela, hallar 'el tono' es ver la luz al final del túnel"

LITERATURA. Yuri Soria-Galvarro, escritor boliviano avecindado en Puerto Montt, ganador del Premio Gabriela Mistral de la Municipalidad de Santiago.
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Rosa Zamora

A cualquier edad alguien puede mandar todo al carajo y cambiar de oficio, o dejar la zona de confort, como se diría de forma elegante", argumenta el escritor Yuri Soria-Galvarro, ganador del Premio Gabriela Mistral 2017 de la Municipalidad de Santiago, quien es además biólogo marino, buzo, fotógrafo, músico y carpintero.

En estos días ve la luz en Chile, bajo el sello Simplemente Editores, su primera novela, El perseguidor de la luz, la obra galardonada en ese certamen y que el año pasado fue publicada en México.

En ella "el personaje es un fotógrafo de naturaleza, labor que yo he realizado y, aunque no es una novela autobiográfica, me facilitó la construcción del personaje", refiere, a propósito de cómo el dominio o el conocimiento de diferentes áreas pueden apuntalar una historia.

"Tener oficios o conocimientos sobre muchos asuntos, igual que viajar, permite tocar temas y crear personajes que sean creíbles", agrega. "Pero eso también se puede impostar, porque además de las bibliotecas, existe Google. En el libro hay capítulos que transcurren en África, Barcelona o Arabia Saudita, donde nunca he estado, pero que según los revisores del texto, sortean bien el tamiz de verosimilitud".

"¿Nuestro pasado será nuestro presente?", es la interrogante que, según la reseña de la edición mexicana, intenta dilucidar Osvaldo, el protagonista, "en un viaje que nos lleva a las varias vidas de una vida, realidad que pretende detener en instantes fotográficos que muestran la lucha y el exilio, la orfandad, la huida de sí mismo, la oscuridad o el mar, presente en la novela como una inmensa metáfora a resolver".

Escritor galardonado

Nacido en Cochabamba, Bolivia, en 1968, cuando tenía cuatro años su familia se vino a Santiago, acompañando a su padre, que era médico, a una beca de especialización, y en 1976 emigró a Puerto Montt.

Como biólogo marino y buzo profesional, ha trabajado durante 20 años en acuicultura, lo que le ha permitido navegar y conocer la mayor parte del sur de Chile y los canales australes. Paralelamente ha publicado los libros de relatos La frontera (2001), Crónicas de viaje (2002), Mar Interior (2006) y Cuentos del Pacífico Sur, (2015).

El año 2010 ganó el Concurso Literario Fernando Santiván con el libro Sur en Poesía. En 2015 y 2020 fue beneficiario de la Beca de Creación Literaria del Ministerio de las Culturas, con Cuentos del Pacífico Sur y la novela El tiempo de silicio (a publicar el 2021), y en 2017 obtuvo el primer lugar en el Premio Gabriela Mistral de la Municipal de Santiago.

Un oficio indomable

Sur y mar son términos o más bien conceptos que se repiten en los títulos y contenido de su obra. Un apego que se remonta a su primera niñez, cuando luego de la beca en la capital a su padre le ofrecieron trabajo en el sur y se radicaron en Puerto Montt.

"Como es bien conocido, los bolivianos estamos obsesionados con el mar. Los inmigrantes, como los exiliados, tenemos una concepción difusa de las fronteras, pero al mismo tiempo, dado que la patria que añoramos solo existe en la memoria, estamos en una búsqueda constante de raíces, de sentirnos parte de algún lugar, para decir, yo soy de acá. Como canta mi buen amigo, Javier Aravena, vocalista de la Rata Blusera, yo soy del sur".

Desde pequeño, igualmente, ha tenido algunas obsesiones, "llegando al fondo, o al menos creyendo llegar al fondo, de oficios muy disimiles. También soy un chef autoformado y carpintero de primera. Pero la literatura es la obsesión definitiva porque es un oficio que nunca podré dominar completamente, a modo de ejemplo, aunque tuviera siete vidas como los gatos, jamás podré leer todo lo que hay que leer".

Aserruchando textos

Para Soria-Galvarro la literatura en definitiva tiene semejanza con la carpintería. "La escritura es un oficio, no una profesión. En un texto literario hay que pasar el serrucho con energía, además de ensamblar y colar pedazos de la historia. Otras veces hay que pulir algo hasta que brille, y en ocasiones se construyen textos andamio, que ayudan a soportar el texto definitivo, pero que deben ser quitados antes de poner el punto final".

Y es obsesivo con la construcción de oraciones y las correcciones, al estilo de Hemingway, que escribió 39 veces la última página de Adiós a las armas porque no podía encontrar la palabra justa.

"Creo que fue Alejandra Costamagna quien dijo que las recetas para escribir eran tres: la obsesión, la obsesión y la obsesión. La novela la reescribí completa varias veces, cambiando el tiempo verbal o haciéndole injertos como a Frankenstein. En el momento que empiezas a odiar el texto y no quieres verlo nunca más, es cuando puede estar listo. Aunque a veces aguanta todavía otras correcciones".

El perseguidor

Como escritor, cosa no tan frecuente, ha sido galardonado tanto en poesía como en novela. Reflexiona sobre cómo se concilian la síntesis de la poesía con el despliegue narrativo de la novela: "La libertad de la poesía ayuda a desacoplarse un poco de las estructuras rígidas de la novela y el cuento, además la metáfora es fundamental para enriquecer la prosa. Otro aspecto es 'el tono', algo que en la poesía es primordial, pero de lo que no se habla mucho en ese género, quizás porque es una mezcla entre la musicalidad de las palabras y el tipo de narrador (estoy hablando de narrador en poesía, qué sacrilegio), también en la novela encontrar 'el tono' es ver la luz al final del túnel".

Hay novelistas, dice, que han llegado al género desde la poesía, como Zambra o Rivera Letelier y otros, como él, lo han hecho desde el cuento. "No sé muy bien qué significa eso, pero se podría escribir un bonito ensayo al respecto (los ensayos literarios son ficciones estéticas, algunos son muy amenos, sobre todo los de los escritores, los de los académicos suelen ser aburridos). Yo una vez gané un premio de poesía, pero nunca publiqué el libro, me dio un poco de vergüenza, no sólo porque tengo varios amigos poetas que esperaban, severos y graves, a leer el libro, sino porque la poesía es algo más íntimo, y ya es suficiente la exposición el publicar cuentos y novelas".

Por de pronto, no sobrelleva mal el encierro en Puerto Montt. "Es mucho más llevadero. De vez en cuando se puede dar una vuelta por la playa y ver delfines, albatros y con suerte una ballena. Dicen que el paisaje es para los amigos, porque nos acostumbramos a todo, pero en el sur es deslumbrante. Me acordé de la canción de Pino Solanas y Ástor Piazzolla, Vuelvo al sur. "Vuelvo al sur / como se vuelve siempre al amor… Quiero al sur / Su buena gente, su dignidad…". No es sólo la naturaleza, la buena gente de estas latitudes es lo que nos atrapa". 2 lo que uno quiere cuidar.