Reforma constitucional
Hasta hace un mes atrás, una enorme mayoría de chilenos pedía a gritos por las calles y plazas, entre otras cosas, una nueva Constitución, por considerar la actual como ilegitima en su origen e inservible, y por ser también, según sus dichos, la culpable de muchos de los males de nuestra sociedad. Bastaron sólo 30 días para que todo se silenciara y se apaciguaran los ánimos, y esto ante la llegada desde Asia de un enemigo poderoso, invisible y cruel que nos amenaza en estos días: el coronavirus.
Es más, en este corto período de tiempo está quedando claramente demostrado que la actual Constitución no es tan inservible y sí funciona bien ante un Estado de Catástrofe como el que estamos viviendo. Nadie ha manifestado lo contrario, y todos acatan lo resuelto por las autoridades basadas en la Constitución y las leyes orgánicas.
Haciendo un comparado con la Constitución o ley fundamental de Alemania y la nuestra, los artículos referente a esta materia tienen mucha similitud y funcionan bien. Esta disposición y especialmente las del capitulo III de la Constitución chilena debieran tener una garantía de eternidad como los tiene Alemania, es decir, no pueden ser abolidos, ni limitados por una mayoría parlamentaria, ni comisión constituyente, aquellos relativos a los derechos fundamentales de las personas, como ser la protección de la dignidad humana y del principio jurídico "ne bis in idem", entre otros muy importantes.
Nuestra Constitución actual contiene muchas disposiciones relacionadas con lo anterior, y no pueden ser eliminados, como no lo han sido nunca los de la ley fundamental de Alemania desde 1949. Desde este punto de vista, lo que requiere nuestro país ahora, con todo lo que nos esta pasando, no es una nueva Constitución (perder el tiempo en esto agravará la situación económica y social,¡obvio!) sino mas bien, una reforma constitucional que la actualice y la ordene, opción que lamentablemente no está muy clara en el futuro e incierto plebiscito.
Alfredo Raddatz S.
Agradecimientos al alcalde
En mi calidad de presidenta de la Unión Comunal de Adultos Mayores de Puerto Montt, que representa a 199 clubes de adultos mayores y la mía propia, quieo expresar nuestro sincero reconocimiento y agradecimiento al alcalde Gervoy Paredes por poner al centro de su quehacer a las personas mayores de Puerto Montt, por liderar un proceso humano difícil y complejo, entendiendo la importancia de cuidar y proteger a las personas mayores.
Son los tiempos críticos los que requieren de seres humanos que entienden la dignidad y la labor de la función pública, el servir al pueblo poniendo siempre atención en el respeto y la solidaridad. Son muchas las instancias en que el municipio ha dado señales de su vocación social, solidaria, respetuosa y comprometida. Estrategias locales de salud municipal, como la Farmacia Ciudadana, Asiste, entregando medicamentos a domicilio, la Oficina de Protección de las Familias, la que desde su creación se ha desplegado en toda la comuna respondiendo a nuestros requerimientos.
El compromiso social de los equipos de trabajo es el fiel reflejo de su gestión como alcalde y que ha quedado de manifiesto en la contingencia sanitaria que estamos viviendo. Volverán tiempos en que un abrazo será el símbolo de nuestra recuperación, donde las manos se unirán para seguir avanzando juntos, y esos tiempos volverán gracias al compromiso humano de nuestros líderes.
Fabiola Oyarzún Cárdenas, presidenta de Unión Comunal de Clubes de Adultos Mayores de Puerto Montt
Regla de oro en el covid-19
Para prevenir los reiterados contagios masivos que ha habido por haber estado en la misma reunión, debe adoptarse la regla de oro: "Actuar suponiendo que todos los demás están infectados mientras no se demuestre lo contrario (con Test PCR)".
Si suena muy paranoico, piense como hipocondríaco: "Actuar como si usted fuera el único infectado (a) y no quiere contagiar a nadie más".
José Luis Hernández
"Jugarretas políticas"
¿Cuánto más priorizarán las jugarretas políticas? En el contexto de elegir a la mesa que liderará la Cámara de Diputados este año, la oposición vuelve a mostrar cuán frágil es su unidad y cuán poco vale su palabra en tiempos de conflictos. El Frente Amplio votó por Paulsen (RN) para perjudicar a Silber (DC), y varios DC y PR votaron por Undurraga para bajar a Cariola (PC).
Ese es el estado actual de descomposición de la oposición en la Cámara, parlamentarios que rompen sus promesas por fines políticos, sin importar los acuerdos previos. Ojalá esto no sea un reflejo de sus acciones cotidianas. Aunque dudo mucho que alguien que rompa su promesa y juegue a ese nivel de politiquería pueda poner los intereses de los chilenos por sobre los suyos.
Renata García D.