Recientemente hemos recibido una buena noticia como país. El Imacec de diciembre tuvo un crecimiento de 1,1%, después de dos meses de una importante caída luego del estallido social del 18 de octubre pasado. Sin duda esto alimenta un leve optimismo y significa un mejor arranque para la economía este 2020.

Pero a pesar de esta buena noticia, nos preocupa que no se estén generando nuevas obras que permitan sostener este nivel de crecimiento. Sólo en el sector construcción la caída anual de la inversión fue de 7,7%, debido a que los altos niveles de violencia no cesan y la incertidumbre en las reformas que se están realizando, lo cual generan bajas expectativas en las personas y los inversionistas.

Lo anterior también se ve reflejado a nivel regional en la última Encuesta de Percepción Económica realizada a los socios la Cámara de la Construcción de Puerto Montt durante el mes de enero 2020. Ésta arroja que el 42% de los encuestados detuvo proyectos, negocios o tratos debido a la crisis social y el 48% declara haber paralizado alguna inversión.

Además, 57% de los socios cree que la demanda de proyectos será más baja que en 2019, pero al mismo tiempo un 67% considera que un aumento en la inversión pública en el sector construcción durante el 2020 ayudará a la reactivación de la economía y mejorará la confianza en el sector privado.

Frente a este escenario creemos que es de vital importancia terminar con la violencia y avanzar de manera más rápida en las demandas sociales, de tal forma de mejorar las expectativas de las personas en el futuro, construir las certezas desde el Gobierno para que se active la inversión privada y construir acuerdos que permitan reactivar la economía y el empleo para mejorar así la calidad de vida de las personas.

Esa es la invitación. Trabajemos juntos para reconstruir las confianzas y hacer de Chile un mejor país.

Vivian Pinilla, presidenta CChC Puerto Montt

La búsqueda de la joven madre Claudia Agüero no ha dejado a nadie indiferente, tanto en Puerto Montt como en el país. El caso ha generado amplio interés mediático, debido a las extrañas circunstancias de su desaparición. Desde que comenzó el rastreo, las novedades han sido más bien escasas. De las diligencias propiamente tal, se sabe del hallazgo de algunas pertenencias de la mujer, entre ellas su celular, elemento que podría dar pistas sobre su eventual paradero. Sin embargo, a más de dos meses de la desaparición aún no hay datos concretos de la mujer. Ante ello, la semana recién pasada reaccionaron los familiares y amigos de Agüero, quienes cortaron por varias horas el tránsito en la ruta al Aeropuerto El Tepual, con el fin de llamar la atención de la comunidad y las autoridades y así exigir celeridad en la indagatoria.

Días después de la protesta, la propia fiscal regional Carmen Gloria Wittwer se reunió con el núcleo familiar más cercano a Claudia Agüero, para informarles de lo que hasta el momento han podido recabar junto a las policías y de cómo esperan enfocar a futuro la investigación.

Sin cuestionar la calidad y esfuerzos desplegados en esta indagatoria, resulta digno de destacar el encuentro entre los responsables del caso y los cercanos a la víctima. Sin embargo, esto da cuenta de un problema no resuelto en nuestro actual sistema de justicia, donde las víctimas no siempre se sienten escuchadas por quienes deberían representarlas. Futuras modificaciones al sistema penal deberían tener como norte no sólo fortalecer la persecución de los delitos y de quienes los cometen, sino que tener entes especializados y con dedicación permanente hacia quienes sufren las consecuencias de un delito.

Por ejemplo, brindar de mayores recursos y personal a las unidades de víctimas y testigos sería una buena manera de evitar que el sufrimiento de aquellos que padecen las consecuencias del crimen, terminen canalizando su malestar en las calles.