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ENTREVISTA. gabriel ascencio, diputado DC y el puente Chacao:

"Tengo la impresión que todavía hay espacio para llegar a acuerdos"

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Hace más de 13 años, en 2006, comenzaron los primeros problemas para el proyecto de construcción del puente sobre el Canal Chacao. En ese entonces, el ministro de Obras Públicas, Eduardo Bitrán, se manifestó en desacuerdo con la iniciativa y desechó licitarlo bajo el sistema de concesiones, argumentando un costo mucho más elevado que lo presupuestado.

La decisión generó molestia en diversos sectores de Chiloé, lo que llevó incluso a que el diputado DC, Gabriel Ascencio, renunciara a la presidencia de su bancada en señal de protesta por el anuncio del gobierno de Michelle Bachelet.

El parlamentario sumó una recolección de firmas en la Cámara baja, con la finalidad de interpelar a Bitrán, aunque sin que se llegara a materializar esa iniciativa.

Hoy, frente al anuncio del Consorcio Puente Chacao (CPC) de paralizar las obras, acusando "incumplimiento de compromisos" por parte del Ministerio de Obras Públicas (MOP), el diputado por el distrito 26 estima que el fondo del problema (financiamiento de obras adicionales) surge durante el segundo mandato de Bachelet, con Alberto Undurraga al mando del MOP.

Esas prolongadas conversaciones, agrega, se extendieron al nuevo gobierno, con decisiones "equivocadas" al definir que las conversaciones con Hyundai no se sostienen en la búsqueda de acuerdos.

El ex embajador de Chile en Ecuador advierte que "durante un año y medio estuvieron esas conversaciones y al final todo esto es un problema por la cantidad a pagar por las obras adicionales (…). La empresa pareciera ser que se aburrió, acusa de trato abusivo al Estado y dice que paraliza. Creo que hace dos o tres semanas que estaban despidiendo gente, en pleno período navideño, lo que además es un golpe muy fuerte a las familias de esos operarios".

-¿Cómo se logra superar esas diferencias?

- Tengo la impresión que todavía hay espacio para llegar a acuerdos. A pesar de la fuerte declaración de Hyundai, no ha anunciado el retiro definitivo. Uno podría entender que esta es una movida más en el proceso de negociación.

- Si se paralizan las obras, ¿qué pasa con el proyecto?

- Existen dos opciones: o lo abandonas para siempre o intentas retomarlo en unos años. Pero es bien difícil, en esta crisis en la que estamos, decir que en dos o tres años vamos a retomar las obras. Hoy día, la mayor cantidad de recursos del Estado van destinados a la demanda social. Probablemente, esta no va a ser una prioridad, por lo tanto vas a abandonar las obras allí. Cuando eso suceda, lo vas a poder recuperar en cinco o diez años, probablemente; pero a esas alturas, el proyecto no va a costar 700 o mil millones de dólares, que es el máximo que podría costar si se acepta la petición de Hyundai; te va a costar el doble. Acá pierde el Estado de Chile. Eso es lo más grave, a mi juicio.

- ¿Hay acciones que pueda emprender para superar estas diferencias de opinión?

- He hablado con el ministro de Obras Públicas (Alfredo Moreno), con el objetivo de que vean la forma de recuperar el diálogo, de ir avanzando en un acuerdo. Si van a tribunales, se van a regir por la ley básica de la discusión, que es el contrato. Si el Estado pierde ese juicio, estamos arriesgando una indemnización de perjuicios; o sea, plata botada, derechamente. Hay un muy mal manejo del Ministerio de Obras Públicas. Ellos tienen que entender que a pesar que probablemente buena parte de la razón esté de su lado, también que lo esté del lado de Hyundai.

Pareciera ser preferible un acuerdo que nos salga más barato hoy, que en el futuro.

- Por las declaraciones del ministro Moreno, parece que la intención es llevar esto a una definición judicial...

- Una cosa son las declaraciones públicas y otra lo que está ocurriendo, en realidad. Es muy probable que se reactivaron las conversaciones al mayor nivel.

No me sorprendería si en los próximos días hay un anuncio distinto a lo que estamos viviendo hoy. Pero, es mucho mejor un mal acuerdo, que un buen juicio, según dicen los abogados. Yo insistiría por la vía de intentar un acuerdo entre las partes, con equipos negociadores que sepan. Porque dejar todo en las manos de los tribunales significa una cosa muy simple: no vas a tener solución en diez años.

Este juicio parte en un tribunal de primera instancia, se van de apelación a la segunda, van de casación a la tercera y podemos terminar en tribunales internacionales.

- ¿Quién considera que pierde con este conflicto?

- Primero, los chilenos que están en Chiloé, que quedan convertidos en el jamón del sandwich, porque esta es una pelea entre el Estado y la empresa constructora. Los chilotes, que son los principales beneficiarios con el proyecto, están ajenos a lo que está ocurriendo y no saben lo que va a pasar. Luego, está el impacto para la imagen de Chile, que rompe de esta forma con una empresa constructora grande e importante como Hyundai, con una imagen internacional extraordinariamente fuerte. Si este gobierno ya está lleno de complicaciones y ahora deja de cumplir los contratos, el deterioro para su imagen sigue siendo fuerte. Qué seguridad jurídica se ofrece a los inversionistas que quieran venir a Chile, cuando ante el primer problema grave, no eres capaz de resolverlo adecuadamente. Hay un impacto negativo muy grande para la imagen de Chile.