La Municipalidad de Santiago tomó la decisión de cerrar el año escolar en dos de sus establecimientos: Instituto Nacional e Internado Nacional Barros Arana; con el propósito de resguardar la seguridad de ambas comunidades educativas. A lo anterior, se suma que el Consejo de Rectores (CRUCH) postergó la PSU para los días 2 y 3 de diciembre. Algunos podrán señalar que es una decisión precipitada, otros dirán que fue lo correcto frente a la crisis social que atraviesa nuestro país. Sin embargo, ¿esto podría perjudicar a los estudiantes en asuntos como la PSU?, ¿se darán los contenidos por pasados? Estas son interrogantes que estudiantes y apoderados podrían estar haciéndose.
Necesitamos mirar las cosas con mayor flexibilidad, más aún cuando de educación se trata. Todos sabemos que la PSU, mientras siga siendo el examen que 'abre la puerta' a las universidades chilenas, responderá a contenidos y habilidades que tuvieron que ser revisadas en las asignaturas que evalúa. Vivimos un momento histórico de cambio que abre la puerta a evaluar este instrumento estandarizado de evaluación en nuestro país. ¿por qué no contemplar una evaluación que esté a cargo de las mismas carreras que son impartidas por las universidades?, es decir, una evaluación en que la consigna no sea un 'puntaje', sino que, observar asuntos como: interés por el estudiar la carrera, habilidades sociales, contenidos propios de la carrera que él o la estudiante decidan estudiar.
Los colegios pueden desarrollar en sus estudiantes la noción de 'trabajo autónomo', es decir, aquellas horas que el propio alumno posee para estudiar e investigar bajo la guía de sus profesores de asignaturas.
Esta metodología de trabajo, pretende potenciar que no todo lo que se aprende es de exclusiva responsabilidad del o la profesora, también debe haber una concientización por aprender de forma independiente. Los colegios que han decidido que los objetivos de aprendizaje no abordados, serán afrontados en el mes de marzo del 2020, tienen toda la libertad para organizar sus respectivas unidades de aprendizaje. En educación, lo que debe valer es que los alumnos y alumnas, aprendan a su debido tiempo, y respetando los estilos de aprendizaje de cada uno.
PYMES: liquidez y flexibilidad, las claves
La foto social no es alentadora, y menos cuando se muestra una y otra vez como postal del desánimo. Desde el mundo financiero y empresarial el panorama no cambia mucho, por eso es importante hacer el llamado a la reflexión para que la crisis no impacte tan brutalmente como se pronostica. Lo cierto es que más de 6.500 Pymes se han visto afectadas por el revuelo social que estamos viviendo, contemplando desde las que sufrieron episodios de saqueos hasta las empresas que no han podido trabajar con normalidad por jornadas de producción más cortas o cierre de locales con venta al público. Si consideramos que una Pyme lleva más de 15 días sin funcionar con normalidad, el flujo de caja empieza a no cuadrar y empiezan los problemas.
Bajan las ventas, las utilidades y, acto seguido, el capital necesario para cumplir con todos los compromisos financieros, desde créditos, pagos a proveedores, para concluir con lo más desalentador: los sueldos de los trabajadores. Esto no es magia, hay que decirlo. Con todo lo mencionado, la realidad es que lo que más afecta hoy es el problema de liquidez. Sin dudas, este tema requiere de un análisis financiero profundo, pero existen algunas alternativas para alivianarlo. En primer lugar, lo que se necesita es flexibilidad por parte de los acreedores de las deudas de las empresas. El escenario al que se han enfrentado históricamente las Pymes es que antes de los 24 meses de funcionamiento y/o facturación, las puertas en el sistema financiero tradicional están poco abiertas, por no decir cerradas, generando una contradicción con la realidad que vive cada una de ellas en la práctica. Aquí la reflexión está en pensar cómo llega una empresa a generar la venta necesaria durante sus primeros 24 meses de vida con un acceso al sistema financiero negado casi en un 100% de los casos. Sin dudas es una pregunta que se han hecho todos los emprendedores chilenos que se acercan por primera vez a un banco a abrir un producto tan sencillo como una cuenta para empresa y se encuentran con la respuesta de: "no cumple con los requisitos".
Pero, por otro lado, el sistema financiero tradicional, encarnado en instituciones bancarias, levantan la bandera de ser "emprende-amigables" y flexibles con las Pymes. La cosa no es tan así como nos la cuentan y no es de ahora.
Andrés Benavente,
Carlos Guajardo.