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Inconformidad entre jubilados por el aumento de 20% en pensiones básicas

CONSULTA. Encuestados revelaron dificultades para asumir sus gastos con el monto que reciben todos los meses.
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Erwin Schnaidt Ávila

El aumento de un 20 % en el monto de la pensión básica solidaria, formó parte de los anuncios que hizo el presidente Sebastián Piñera el pasado 23 de octubre, en un esfuerzo por contener el descontento ciudadano que se había desatado cinco días antes.

En la Región de Los Lagos la población beneficiaria de este incremento supera las 103 mil personas, conforme a quienes recibieron el último aguinaldo de Fiestas Patrias.

Un mejoramiento como este se venía discutiendo desde hace meses, lo que incluía una reforma del actual sistema de pensiones y hasta terminar con él, como lo ha promovido el movimiento No + AFP, que propone nivelar la pensión básica con el actual salario mínimo de $301 mil.

Conforme a la Superintendencia de Pensiones, a septiembre se habían jubilado 738 mil 146 personas, cuya pensión promedio llegó a 207 mil 961 pesos; pero, un 50 % de ellos sólo recibió 133 mil 28 pesos, tras acumular cotizaciones durante menos de 20 años.

Para los especialistas, la cifra ideal es la que ha propuesto la OIT, en torno a un 60% del promedio del último sueldo.

Insatisfacción local

Pero no ocurre esto en el país. Según Ana Arzola, de 80 años, recibe una pensión de cerca de 200 mil pesos, dinero con el que "hay que hacer malabares, porque no alcanza. Por ejemplo, yo pago aseo domiciliario, la luz, el agua, alimentarse, vestirse... Es terrible".

Recibe con resignación el 20% de aumento. "Si no es más, qué se puede hacer. Pero, es poco todavía. No sé cómo lo hacen donde hay varias personas en una casa".

Para el ex obrero de la construcción José Vargas (72), el anuncio presidencial le hace dudar de su efectividad. "¿Con eso qué hace uno? No es nada un 20%. Recibo 120 mil pesos, pero una buena pensión deberían ser unos $250 mil. Por eso tengo que seguir trabajando. No me queda otro recurso".

Sobre el uso que le da a ese monto comentó que "pago la luz y el agua y quedo tiritando. No da para comprar algo de ropa o un par de zapatos".

Más drástica fue Edita Lobos (69), para quien el aumento de las pensiones básicas solidarias "es una miseria, porque nadie vive con 120 mil pesos que estoy sacando ahora. Están muy caras las cosas".

Reveló que destina ese dinero al pago de los servicios básicos, pero que se ve enfrentada a problemas para comprar alimentos. "Hago malabares... Menos mal que no tengo hijos. Por mí trabajaría, pero no puedo porque me jodí los brazos cuando trabajaba en las pesqueras".

A punto de recibir su primera pensión básica está Rosalba Mansilla (65), pero ya advierte que "es miserable, porque con 110 mil pesos, uno no puede hacer ninguna cosa. Este aumento no satisface para nada. Es muy poco".

En la búsqueda de incrementar sus ingresos, aseguró que debe trabajar como vendedora ambulante. "No me queda más que salir a ponerle el hombro. Tengo cuatro hijos profesionales, pero no puedo quedarme de brazos cruzados, esperando que ellos me mantengan. No me gusta ser carga para mis hijos".

Consideró que los $ 110 mi que recibirá "es una pequeña ayuda, porque uno no puede vivir con eso. Hay una disconformidad general".

El ex empleado Carlos Barrientos (80) recibe 180 mil pesos como jubilación mensual, lo que considera insuficiente tras 50 años de trabajo. Estima que "sólo en alimentación se necesitan $300 mil al mes, pero ¿con qué pago el agua, la luz y el gas?".

Además, consideró el incremento como "una vergüenza. ¿Qué hacer con 36 mil pesos, de qué sirve? No nos queda más que seguir como pobres nomás", reflexionó.