Asociación Gastronómica establece en un 85% caída en flujo de clientes
INCERTIDUMBRE. El bajo movimiento ha repercutido en forma importante en sus ingresos habituales. El gremio sostuvo reunión con autoridades regionales.
El clima de inseguridad que deriva de las manifestaciones públicas, así como los días de toque de queda, provocaron un importante perjuicio en la actividad gastronómica de la región.
Según Julio Jenkins, presidente de la Asociación Gastronómica del Sur Agatur, como gremio apoyan las demandas sociales, pero también les inquieta el clima de incertidumbre que se genera, "porque detrás de nosotros hay un número importante de trabajadores y proveedores que no han podido desarrollar sus negocios. Si no tenemos movimiento, no tenemos recursos para pagar sueldos y, como toda la gente, la luz y el agua".
En términos de flujo de caja, Jenkins aseguró que respecto a una semana habitual, ha decrecido en un 85 %: "O sea, un diez por ciento de ventas no resuelve nada para nosotros".
Hizo notar que el gremio lo conforman pequeños empresarios, por lo que urge una pronta normalización. "Porque un mes a este ritmo de ingresos, puede representar la quiebra en algunos casos, especialmente los más chicos, que deben pagar sueldos, insumos, servicios y arriendo... Al segundo mes ya está quebrado".
Bajo movimiento
Ese temor fue reconocido por Pola Badinella, dueña de "Las Empanadas de la Pola" en Caleta La Arena, quien aseguró que las ventas han llegado a niveles mínimos. "Llevo muchos días cerrado. Me ha afectado demasiado. No he vendido nada", aseveró.
Reconoció que a esta situación se agregan otras dos semanas que el negocio estuvo sin operaciones, para efectuar labores de mantención y mejoramiento de la infraestructura de ese local: "Ha sido caótico, porque nos hemos ido demorando. No llegan los camiones con productos. El puente de Caleta La Arena, antes de bajar a la iglesia, lo bloquean cuando hacen protestas y no dejan pasar a la gente al transbordador".
Añadió que sus cinco empleados tampoco han conseguido presentarse a trabajar, "pero a fin de mes tengo que pagar sus sueldos igual, ellos no tienen la culpa".
En el sector Chinquihue también están observando consecuencias. Soledad Sanhueza, propietaria del restaurante Kiel, expuso que aunque no reportan daños por ataques vandálicos, se han enfrentado a "una baja consistente en las ventas, en prácticamente un 70%".
Recordó que durante la semana pasada "hubo dos o tres días en que no llegaba nadie". Ante esa realidad, sólo mantienen abierto medio día.
A ello sumó dificultades para que su personal (16) llegue al restaurante. Reveló que los garzones se han enfrentado a una baja de ingresos, ya que no están recibiendo propinas.
Adela Cahuas, dueña del Rincón de Adela, en el centro de Puerto Montt, aseguró que han verificado "una gran baja" en el flujo de clientes, lo que atribuyó a "los destrozos que causan unas 100 ó 150 personas. El problema no es de quienes piden demandas justas, que a todos nos compete, sino de quienes salen a ocasionar destrucción. Eso afecta mucho".
Apoyo del gobierno
Para analizar eventuales ayudas al sector, ayer en la mañana dirigentes y socios de Agatur se reunieron con la gobernadora Leticia Oyarce, quien dijo que abordarán en conjunto la forma de "recuperar la tranquilidad y seguridad, para que puedan abrir sus locales".
Llamó a quienes se manifiestan, a hacerlo "sin intervenir en la vida de otras personas que necesitan trabajar. Por eso, van a contar con el apoyo del gobierno para toda la parte económica. Para ello, vamos a levantar la demanda y lo vamos a evaluar, para que vuelvan a atender en forma habitual".
A la actividad también asistieron el seremi de Economía, Francisco Muñoz, y el director regional de Sercotec, Andrés Santana.