Erwin Schnaidt Ávila
Con la llegada de la primavera, también comienza el proceso de migraciones, no sólo de aves, sino que de otras especies, como las ballenas, lo que ofrece mayores oportunidades de avistamiento de estos enormes cetáceos.
De acuerdo al Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), organismo encargado de proteger, rescatar, rehabilitar y reinsertar las especies acuáticas protegidas que componen la fauna marina, al producirse estos acercamientos es común que la gente se aproxime para observar de cerca a estos animales, pero ello debe incluir el respeto del espacio de estos animales, protegidos por ley, lo mismo que aves, mamíferos y reptiles.
El director regional de Sernapesca, el biólogo marino Eduardo Aguilera, expuso que las especies más comunes de avistar son pinnípedos, como el lobo marino común y el lobo fino de dos pelos; además de cetáceos como ballenas, cachalotes y delfines.
Al producirse uno de estos eventos, se recomienda guardar una distancia prudente, por la seguridad del observador y la de esas especies, "ya que son animales silvestres y no están acostumbrados a la presencia de seres humanos. Para ellos somos un extraño o hasta una amenaza", advirtió.
Las más frecuentes
En este período, en la región hay presencia habitual de ballenas, como la franca austral detectada hace un par de años, cuando nacía su cría en el sector de Pelluco. "Estuvieron más o menos un mes recorriendo la costa", dijo Aguilera.
Aunque su observación se produce con mayor frecuencia en la zona oceánica, también se ha registrado avistamientos de cachalotes en el mar interior de Chiloé y en el Seno del Reloncaví.
El director del Sernapesca comentó que disponen de registros de ballenas azules recorriendo sectores como Chamiza, Piedra Azul y el litoral de Puerto Montt.
Aguilera destacó que en el Seno del Reloncaví se han producido "importantes detecciones de ballenas; incluso estudios que han hecho con posicionadores con GPS, han demostrado que ballenas azules se han acercado bastante a la costa".
Afortunadamente, el Sernapesca ha registrado escasos varamientos en el mar interior de este tipo de cetáceos mayores, "puesto que los que andan acá son animales sanos".
El director regional de ese organismo recordó el hallazgo de un ejemplar juvenil de ballena azul, "que murió luego de haber colisionado, probablemente, con alguna embarcación grande. Pero en general no tenemos ese tipo de eventos, los que sí se producen en la zona oceánica, como en playas del sector de Maullín, Cucao y otros lugares".
¿qué hacer?
En caso de encontrar a una ballena varada, es necesario comunicarse en forma inmediata con la Armada y el Sernapesca. En tanto llega la ayuda, se recomienda darle sombra y mantenerla húmeda, rociando agua de mar a distancia, sin tocar su cuerpo y evitando que el agua entre en el espiráculo (orificio respiratorio en su lomo).
En el caso de los delfines, nunca deben ser manipulados desde la cola o aletas pectorales, ya que se lesionan.
Los lobos marinos o focas dejan habitualmente el agua, por lo que no hay que molestarlos ni alimentarlos. Se debe dar aviso de su presencia sólo si muestran señales de estar en mal estado.
Aguilera hace presente que a veces es posible ver a un lobo, pingüino, foca o chungungo fuera del agua, sobre la arena o en roqueríos, "pero hay que tener presente que no necesariamente están en problemas; también pueden estar mudando la piel o plumaje, exponiéndose al sol para estabilizar su temperatura corporal; incluso cortejando a la hembra para su apareamiento; algunas hembras pueden estar amamantando o pariendo, o simplemente están descansando", resumió.
Restricciones
Respecto de los cuidados que se debe tener ante un encuentro con uno de estos mamíferos marinos desde una embarcación, el doctor en Acuicultura mencionó que una manera de cuidar a esa fauna protegida, es mantener una distancia de 50 metros, en el caso de los cetáceos menores (tonina o delfines); mientras que aumenta a un mínimo de 100 metros, para interactuar con ballenas como las de las especies jorobadas, sei y cachalotes.
Para la ballena azul, su contemplación permitida está situada en torno a los 300 metros; mientras que la ballena franca austral, sólo es posible admirarla desde tierra.
Aguilera especificó que esa restricción se debe a que "sólo hay 50 ejemplares de la ballena franca austral en la costa de Chile. Como es tan escasa, este ejemplar que tuvo su cría acá hace algunos años, es tan importante para la conservación de la especie".
Al ser sorprendidos incumpliendo esta medida de protección, la legislación establece la aplicación de multas que van desde las 100 UTM -lo que representa unos $ 5 millones-, a las 300 UTM; o sean más de 14 millones de pesos.