En otras ocasiones hemos destacado la importancia que tiene la asociatividad de empresarios, profesionales y trabajadores en torno a un gremio. Este suele ser la instancia de promoción y defensa de los intereses de sus asociados. Su acción es lograr las mejores condiciones para desarrollar una actividad determinada. Debe ser capaz de transmitir su importancia a la sociedad entera, no solamente a los gobiernos u otros grupos de interés. Esto genera una gran red de conexiones que finalmente terminará por facilitar las metas que, en conjunto, se han propuesto sus integrantes. La actividad gremial contiene elementos diversos, quizás, siendo los político-sectorial y comunicacional los más característicos. Prueba de ello son las exitosas gestiones en iniciativas como la ley de etiquetados lácteos, con la idea de mejorar la información al consumidor final, o las recientes resoluciones del Tribunal de la Libre Competencia sobre obligatoriedad en la publicación de las pautas del precio de la leche cruda en un contexto oligopsónico, y el término de cláusulas de contratos que impiden la movilidad de los productores de leche entre distintas plantas elaboradoras. Todas gestiones que requieren de un alto nivel de preparación profesional de dirigentes y ejecutivos gremiales. Se cree en la iniciativa individual. No podría ser de otra forma, dado que cada uno de sus componentes son empresarios individuales. Debe ser promovida como un factor fundamental para el emprendimiento y la innovación. En un mundo globalizado la escala se ha vuelto relevante para poder competir con éxito. La asociatividad entre las empresas de un mismo sector se hace necesaria, particularmente en el agropecuario. Y la organización gremial es un buen lugar para diseñar, planificar y apoyar estrategias asociativas comerciales de sus socios. Nuestro gremio colaborará fuertemente con las iniciativas asociativas empresariales de agricultores de la provincia y región liderando iniciativas hacia la integración vertical en cadenas como la carne y la leche con el fin de mejorar la calidad de vida de sus socios, colaboradores y también seguir siendo un sector relevante para la sociedad.

Eduardo Schwerter Añazco.

Con la recientemente terminada instalación de los 36 imponentes pilotes que sostendrán la torre central del Puente sobre el canal de Chacao, en la roca Remolino, esta extraordinaria megaobra -considerada la más importante en su tipo en Sudamérica-, comienza a adquirir una impresionante consistencia y a constituirse en una prueba más de que los sueños de superación y de progreso, por más inalcanzables que parezcan, son realizables si hay voluntad y determinación.

Esto refleja que la construcción del moderno puente colgante chilote, de una extensión de 2 mil 750 metros, por 59 m. de altura promedio, está marchando a paso seguro y se estima que su etapa constructiva finalizará en 2023, según lo reiterado por el seremi de Obras Públicas, James Fry.

El vanguardista viaducto, que dispone de un presupuesto de 360 mil 134 millones de pesos, está destinado a ser el engranaje clave en la conectividad terrestre de todo nuestro largo territorio, al unir al continente -con dinámica solidez- al gran Archipiélago de Chiloé y su imponente Isla Grande, considerados excepcionales protagonistas, -por sus admirables atributos naturales y de patrimonio, sobre todo-, en el desarrollo turístico de nuestro país.

En el transcurso de varias administraciones gubernamentales consecutivas, hasta llegar a la presente, -habiendo conciencia de los imperativos del puente chilote-, se hicieron intentos en torno al proyecto. Pero, siempre, el escollo insalvable que surgía era el de los vaivenes económicos, lo que al final pudo someterse e iniciar la conquista del sueño.

Cada vez que se menciona el tema de este anhelado puente, es imposible dejar de recordar a quien fuera su señero, visionario y más perseverante precursor: el médico y diputado Félix Garay, quien se inspiró en el Golden Gate, en una visita a Estados Unidos. Su lucha fue incansable y tenaz, hasta lograr la "Ley Garay", promotora de la conexión insular, que fue su gran logro antes de morir en 1997, sin haber visto lo que es hoy el gigante que está naciendo desde las correntosas aguas del Canal de Chacao.