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Escolares exaltaron al ritmo de la cueca las Fiestas Patrias

TRADICIONES. Los hijos de migrantes acogieron la actividad y se sintieron parte de la cultura chilena
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Odra Campero

Siguiendo una tradición que lleva más de 16 años, la mañana de este soleado miércoles más de 150 niños, se dieron cita afuera del Edificio Consistorial de Puerto Montt, para ondear sus pañuelos blancos al ritmo de diversas cuecas que sonaron en vivo, como preámbulo a las celebraciones de las Fiestas Patrias.

Los escolares con edades comprendidas entre los 3 y 14 años de edad, ataviados con trajes típicos y coloridos, estaban visiblemente emocionados de participar en un acto que honra sus raíces.

La actividad conocida como "Los mil pañuelos al viento" invita no solo a escolares de todas las edades, sino a las comunidades a festejar la cultura chilena, indicó Rita Olavarría, encargada del área cívico-social del Departamento de Administración y Educación Municipal de Puerto Montt.

"La importancia de fomentar este tipo de actos es mantener en el tiempo el amor por las tradiciones de nuestro país", agregó.

Asimismo, explicó que la preparación de los niños para bailar cueca debe comenzar desde la pre básica, porque este baile forma parte de la cultura e idiosincracia de Chile.

También extranjeros

Flor Barría, directora del Jardín Infantil Sueño de Colores, destacó la necesidad de realizar este tipo de actos durante todos los meses del año para preservar el sello artístico y cultural, propio de cada región.

"Nosotros no solo trabajamos en nuestras costumbres chilenas, sino también la de muchos de nuestros alumnos que son hijos de colombianos, haitianos, ecuatorianos y venezolanos", dijo.

Destacó que este año la actividad cuenta con la participación de los hijos de la comunidad de migrantes, quienes han acogido de manera positiva las tradiciones chilenas y ante la opción de poder participar en la actividad con trajes típicos de sus países de origen, optaron por utilizar los de Chile.

La venezolana Belice Cuello, madre de uno de los participantes, valoró el gesto de la institución porque, a su criterio, ayuda a los más pequeños a adaptarse y a sentirse en iguales condiciones a las de sus compañeros chilenos, mientras adquieren nuevos conocimientos culturales.

"Agradezco la iniciativa del colegio de hacer que los niños de otras nacionalidades se sientan parte de la cultura chilena", indicó.

Las apoderadas apoyaron orgullosas a sus hijos, y con celulares móviles en mano, no dudaron en inmortalizar el alegre momento.

Esta actividad comenzó a desarrollarse en los años 90' como una iniciativa de dos docentes, quienes encontraron una divertida manera de enseñarle a los niños a ser chilenos, utilizando elementos tradicionales como los bailes, trajes y músicas con orgullo, para querer a su tierra.