Durante las últimas dos semanas nuestra región estuvo en los ojos de las 21 economías del Asia Pacífico, al haber sido sede de la Tercera Reunión de Altos Representantes de APEC 2019. Nos llena de orgullo que en nuestra región se llevaran a cabo reuniones relevantes para el grupo de economías miembro del Foro de Cooperación Económica de Asia Pacífico, donde se dialogó temas vinculados a seguridad alimentaria, desarrollo rural, fortalecimiento de la cooperación regulatoria, mujeres en la agricultura y en la pesca, biotecnología agrícola, aprovechamiento de las nuevas tecnologías y métodos para aumentar la asociatividad en las cadenas de valor de alimentos. Desde la perspectiva del Gobierno del Presidente Piñera, estos deben ser temas abordados desde el desarrollo integral, en el que conviva la tecnología, el medio ambiente, la inclusión y que entregue herramientas para avanzar.

Como anfitriones en este encuentro, sacamos cuentas alegres de APEC. Por un lado, haber traído a nuestra región temáticas de preocupación mundial y proponer también desde aquí innovación, intercambio y soluciones. En segundo lugar, visibilizar nuestros paisajes, culturas y valores; así como también nuestra economía y productividad.

Rompimos la estacionalidad de esta quincena, habitualmente una de las más bajas del año, con una ocupación hotelera de un 35% con tarifa baja, al ubicarse entre vacaciones de invierno y Fiestas Patrias. De acuerdo, a cifras preliminares del gremio del comercio y del turismo, estas dos semanas la ocupación superó el 75% a tarifa alta, más de 3 mil personas estuvieron aquí estas semanas.

Esta fue una oportunidad también para ampliar las opciones que estas 21 economías ofrecen para nuestra región. En últimos años, el 77% de las exportaciones de nuestra región se dirigieron hacia economías APEC y durante 2003-2017 las exportaciones hacia APEC crecieron en promedio un 9% anual.

Finalmente, dando cierre a este encuentro, lanzamos el mejoramiento de la Plaza de los Niños, el primero de un conjunto de 5 plazas que se mejorarán en la región de Los Lagos, como símbolo de un legado que quedará por ser región sede de APEC en Chile.

Puerto Montt debe estar orgulloso de su notable crecimiento en educación superior en los últimos cincuenta años, al punto que hoy no sería una exageración reconocer que destaque entre las urbes universitarias de la zona sur austral. Ya supera en alumnos a Valdivia (26 mil sobre 24 mil), según lo reiterado por Hernán Burdiles, presidente de la Comisión Nacional de Acreditación.

Los primeros pasos en esa dirección, en la década del 70, consignan una ardua batalla para conseguir su llegada, donde sobresalieron tenaces y perseverantes campañas ciudadanas, apoyadas por El Llanquihue y el Centro para el Progreso. Hasta que surgió la Universidad de Chile con Pedagogía y después la Universidad Técnica del Estado. Más tarde, se establecieron la Universidad Austral de Chile (1989) y la Universidad de Los Lagos (2002), seguidas en los años siguientes por las universidades San Sebastián y Santo Tomás, entre otras instituciones de formación técnica, una de ellas Inacap.

Se lograba, así, ir ya frenando el éxodo de las juventudes locales y del sur, en busca de profesionalismo en las universidades consolidadas del país en otras ciudades. Lo que, sin embargo, todavía no se consigue en la plenitud anhelada. Pero que es un tema muy latente y que está en la mira y voluntad de la Corporación Puerto Montt Superior, que desde hace un lustro se ocupa de aunar y coordinar esfuerzos, para impulsar un desarrollo equilibrado y eficiente de la formación universitaria juvenil.

Por lo tanto, nuestras señeras casas de estudios superiores puertomontinas deberán potenciarse lo más posible en ese sentido, en cuanto a excelencia académica y el más adecuado equipamiento. Que sean recursos óptimos y un sello de distinción, que por su propio peso -en calidad- logren convencer a las familias y a sus hijos estudiantes, que su porvenir está aquí mismo en Puerto Montt, la capital de la Región de Los Lagos. Sin necesidad de desarraigarse socialmente ni incurrir en los onerosos gastos, lo que habitualmente demanda seguir una carrera profesional en otras urbes lejanas del territorio.