La actividad teatral -por casi un mes de presentaciones- sigue siendo, sin duda, el principal atractivo entretenido invernal de Puerto Montt, para definitivamente erradicar de nuestro medio la depresiva e inoperante estacionalidad, que es el principal escollo del desarrollo del turismo sureño con mal tiempo. El mismo que -en período veraniego- es un imán por sí solo, por nuestra maravillosa naturaleza que aflora por doquier y hasta en sus más ocultos rincones geográficos.
Aunque no se ha sabido del tradicional balance de los Temporales Internacionales de Teatro, en su trigésima versión de julio último en nuestra capital regional, debemos reconocer no sólo su pujanza en la hegemonía cultural en el plano regional, nacional e internacional, sino también que el reciente episodio mantuvo la acogida de la gente y se perfiló a paso seguro en la superación de las etapas del apasionante ciclo.
El festival de este año, del 5 al 27 de julio, -recordémoslo- fue presenciado por sobre 30 mil espectadores, tanto en el escenario central en el Diego Rivera, como en las salas de extensión regionales y argentina. Donde cautivaron con sus talentos histriónicos, 180 actores en 120 funciones, apoyados en 29 elencos de cuatro países.
Otro factor destacado del certamen fue su proyección formativa, de valioso impacto y aporte enriquecedor, a través de talleres destinados a los profesionales y docentes que se dedican al arte teatral en nuestra zona. Lo que contribuye a robustecer las bases de un teatro que, así, no solamente se promueve y organiza aquí, sino que asimismo se abastece de su propia cantera.
Una vez más, la misión de animar nuestros rigurosos inviernos sureños y de potenciar la cultura mediante el arte escénico, -vía Temporales Internacionales de Teatro-, estaba cumplida. Y gracias a la invaluable y decisiva ayuda de la Municipalidad de Puerto Montt; del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio; de las empresas patrocinadoras; del directorio de la Corporación Cultural y su equipo de funcionarios.