Algo en lo que Puerto Montt y sus habitantes están plenamente conscientes, es en la necesidad e importancia de las áreas verdes para una mejor calidad de vida de la comunidad. A lo que -siempre- los puertomontinos han aspirado, señalándolo como prioritario, especialmente en el plano de encuestas ciudadanas especializadas que se ha realizado en nuestro medio.
Esto afloró, latente y vigoroso, cuando hace algunas semanas el Concejo Municipal porteño aprobó el aumento de las áreas verdes (de 168 a 208 hectáreas y de 8,6 a 25 metros cuadrados por habitante) y zonas de recreación de la capital regional. Un importante avance que significaría el afianzamiento de Puerto Montt como la "ciudad verde" de la Patagonia en el Plan Regulador Comunal y con la debida proyección hacia el año 2030.
Según el alcalde Gervoy Paredes, este impulso al verdor natural en el área urbana de nuestra ciudad puerto, - para una mayor disposición de zonas verdes por persona-, busca democratizar el acceso por habitante a los espacios públicos favorables a una vida sana al aire libre. Y junto a lo cual, se agrega la utilización de las laderas de los típicos cerros porteños, como una indispensable reserva natural.
Conviene tener presente, que a este anhelado proyecto verde, se agregará el gran Parque Metropolitano, que desde el sector alto (donde funcionó muchos años el complejo petrolero) se prolongará por el borde costero hasta el recinto portuario.
Como se puede apreciar, todo está pensado, decidido y dispuesto, para que Puerto Montt forje su destino -libre de la limitante gris y depresiva del cemento-, con la saludable y hermosa compañía de las áreas verdes.
Manos a la obra, entonces. A hacer realidad, con dinámica perseverancia y visión futurista, todos estos bien diseñados planes por una existencia más digna y mejor. Pero, siempre orientados hacia el mar, que también es reserva de salud y desarrollo. Una "ciudad verde", que no deja de ser puerto, su gran sello de distinción y fuente de porvenir.