Javier Andrade Cárdenas
A escasas cuadras de la tradicional Iglesia Nuestra Señora de la Candelaria de Carelmapu, se ubica la cancha del mismo nombre y que alberga al Club Deportivo Naval.
Fundado el 19 de octubre de 1958, el cuadro del ancla está escribiendo el capítulo más importante de su rica historia deportiva, ya que este domingo vivirá su primera final de un Regional de Clubes Campeones ante Sergio Livingstone de Rahue y precisamente el duelo de ida se disputará en ese recinto (15 horas).
La comunidad está expectante y revolucionada por este compromiso deportivo, que espera unir a todo el fútbol amateur de la comuna de Maullín e incluso de su rival más acérrimo, el club Marítimo.
"Antes se acostumbraba a que en la previa de estos partidos, jugadores y dirigentes hicieran su tributo a la Vírgen y llegaran a la iglesia, pero es una costumbre que se ha perdido, pero que podría retomarse entre los fieles", comenta un socio.
Y es que club nació muy cerca de este templo que aún espera que le inyecten recursos económicos comprometidos, para que pueda ser remodelado y siga siendo la principal postal de Carelmapu.
Nuestra patrona
Don Juan Sánchez (77) y Héctor Hernández (78) se encuentran entre los fundadores de Naval hace 61 años. Un grupo de futbolistas decidió formar su propia entidad, luego de que los jugadores del club Marítimo, no les permitieran enrolarse en su selección adulta, automarginándose de dicha institución y de esta manera crean Naval, tomando como nombre al del club de Talcahuano que formara parte hasta los 90' del fútbol profesional.
"Éramos pocos chicos, jugábamos en las pampas vecinas a la iglesia. Luego, se fueron incorporando más jóvenes, hasta que en los años 80 ya comenzamos a participar de los regionales", rememora Sánchez.
Naval es un club en el que han pasado cuatro generaciones de carelmapinos. Varios hijos y nietos de pescadores y buzos y también de aquellos que trabajan en la industria del salmón.
"Siempre pasó por nuestra mente llegar a una final, tarde o temprano lo íbamos a lograr y tenemos fe en nuestros jugadores aguerridos de que daremos la vuelta olímpicamente; somos más que Sergio Livingstone", subrayó Sánchez.
Sobre el nombre La Candelaria, el histórico dirigente Héctor Hernández indicó que la bautizaron en honor a la patrona del club: "Aquella que nos acompaña desde arriba" y reconoce que los jugadores solían ir a la iglesia a pagar alguna manda o ir a la Novena de la Fiesta de la Candelaria todos los 1 de febrero. Sin embargo, el sentido religioso de la institución no se ha perdido.
Los hermanos Serón, Miguel y Sebastián, son socios e hinchas del club de toda la vida y jugaron en su momento, pero ahora colaboran y van a todos los partidos. "Para mí, Naval es un espacio de encuentro, de familias, de amistad y que ha pasado a ser una de las pocas actividades recreativas y esparcimiento en la localidad. Nos sentimos útiles en esta institución a la que queremos y la seguimos a todas partes", aseveró Miguel.
Mientras que Sebastián asegura que Carelmapu es una de las plazas que vive con mayor pasión el fútbol amateur en la región y este deporte también por lejos es el más popular. "Como barra hemos recorrido la región completa, apoyando a Naval y este equipo lleva gente a todas partes como ninguna y sin se soberbios, hemos sido locales tanto en casa como fuera y con una población que apenas bordea los 3 mil habitantes", explica.
En términos de infraestructura, el Club Deportivo Naval debe ser una de las pocas instituciones que cuenta con una sede social y en la que se desarrollan actividades anualmente y además mantiene a un grupo de 15 colaboradoras mujeres, que laboran en la cocina y preparan alimentos para la venta en sus instalaciones.
Entre ellas, destaca la señora Rosa Cárcamo (80), que también es socia fundadora de la institución. "Trabajamos en todo lo que podamos por el cariño que le profesamos a esta institución, cocinando curantos y empanadas para la venta, atendiendo público, para recolectar fondos para Naval. Estamos muy contentos y queremos ser campeones", señaló.