La actual resonancia de los proyectos relacionados con trenes en la zona central, con fuerte eco en los medios comunicacionales del país, pone -una vez más- el dedo en la llaga respecto de esta ya antigua carencia de transporte terrestre en nuestra zona y, a la vez, inveterado anhelo de que algún día el ferrocarril sea restituido como corresponde entre Puerto Montt y Santiago. Y conforme a la trascendencia que este medio de desplazamiento ferroviario -moderno, seguro y de alta velocidad- ha alcanzado en los principales y más adelantados países del mundo, donde se le preserva con esmero.
Mientras que, por estos lados, solamente campean novedades negativas en torno al tren. Como la lamentable condición de abandono y daño en que se encuentra el recinto Estación, los anuncios de la empresa respectiva de arrendar sus sitios aledaños a esos terminales en la zona, la prolongada y burocrática espera en cuanto a la resolución sobre el proyecto municipal de un tren urbano La Paloma- Alerce, del cual hubo una buena opinión de EFE, pero absolutamente nada más. En fin, calmantes y más calmantes. Pero, no una palabra firme y definitiva sobre un tema que siempre está presente entre los sureños.
Cuando se habla de altas inversiones en transporte en el corazón metropolitano del país, es cuando por aquí los sureños nos sentimos más provincianos que nunca y mirados en menos. Lo que nos lleva a concluir que tenemos toda la razón, cuando reclamamos que el centralismo es absorbente, insaciable y avaro, y que no deja de asfixiar a una regionalización que de tal sólo tiene el nombre, porque no funciona ni aporta a las grandes aspiraciones provinciales y comunales.
Para la capital de la Región de Los Lagos, cuyo crecimiento es ya imparable, y consecuencialmente con inevitables y cada vez más agudos problemas de tránsito, un tren de cercanía sería un gran alivio para el colapsado transporte hacia Alerce y su estratégico aporte habitacional. Además de abrir una importante proyección turística, si el servicio se extiende a la zona lacustre y de los volcanes.