No hay que olvidar los "pequeños grandes detalles" que resolver, si verdaderamente queremos hacer de Puerto Montt una capital regional grande y futurista.

Veamos un caso que refleja esta inquietud frente a un problema muchas veces recordado, pero nunca solucionado: como el de la calle El Teniente del sector Parque Industrial, que no es una más de las numerosas vías urbanas que requieren ser pavimentadas en la brevedad. Y no lo es, porque en ella, además de tantas empresas que allí se asientan para realizar sus actividades económicas, precisamente en el N° 80 está situada la Dirección de Tránsito de la Municipalidad de Puerto Montt.

Todos y cada uno de los puertomontinos que cotidianamente van a esa entidad pública, ya sea en procura de su licencia de conducir, de la renovación de ella o por otros trámites relacionados, conocen o han experimentado la molestia que significa transitar por ahí, en medio de perjudiciales charcos y hoyos con barro en período invernal o de las polvaredas en primavera y verano.

Semejante es lo que viven diariamente los vecinos y trabajadores, que hasta ese sector deben dirigirse para efectuar sus labores. Y desde tempranas horas. Porque no hay que olvidar que los usuarios de la Dirección de Tránsito tienen que madrugar, para lograr ser atendidos durante la jornada matinal, y debiendo hacer largas filas para ello, muchas veces a la intemperie y bajo la lluvia. Lo que motiva y justifica considerar, además, la necesidad imperiosa que hay de que se amplíen las instalaciones, para la protección de los usuarios y también de los funcionarios, quienes solidaria y estoicamente comparten dichos inveterados inconvenientes.

Dos necesidades que -en su urgencia- se relacionan y se conjugan, son la pavimentación de la calle El Teniente y la ampliación o modernización de las dependencias de la Dirección de Tránsito. Todo un clamor ciudadano, que desde mucho tiempo a esta parte, se manifiesta y que no debiera seguir siendo ignorado por el gobierno comunal.

Seis turistas brasileños fallecieron en Santiago a causa de fuga de gas en un departamento y se estarían indagando las responsabilidades del propietario y la administración del edificio. Este hecho nos lleva a recordar normas básicas que regulan el régimen de copropiedad inmobiliaria, acorde la Ley 19.537. En todo edificio o condominio afecto a dicho régimen cabe distinguir las "unidades" sobre los cuales hay dominio exclusivo, y los "bienes de dominio común" como fachadas, ascensores, escaleras, etc. El "administrador" es la persona designada por los copropietarios para cumplir labores de administración del condominio.

En lo que refiere a las instalaciones de gas (así como podría ser una estufa a parafina o una caldera a petróleo), su mantención periódica al interior de cada unidad es exclusiva responsabilidad del dueño. Bastaría preguntar si se tiene al día el "sello verde" exigido por la Superintendencia de Electricidad y Combustibles. De hecho, el Art. 6 del Reglamento de la Ley 19.537, dispone que son de cargo del propietario las reparaciones y mantención de la unidad de su dominio, como también de las instalaciones de luz, agua y gas, dentro de su unidad.

Parece relevante poner énfasis en que sin perjuicio de las obligaciones del administrador en cuanto a instalaciones existentes en los bienes de dominio común, ello no exime a los copropietarios, que no sólo designan al administrador, sino que deben velar y fiscalizar por el cabal cumplimiento de las funciones del administrador, dentro de las cuales está efectuar los actos necesarios para realizar la certificación de las instalaciones de gas (Art. 23 Ley 19.537). Además, la asamblea de copropietarios debe formar un fondo común de reserva para atender a reparaciones de los bienes de dominio común, a la certificación periódica de las instalaciones de gas, certificación de ascensores, etc. (Art. 7 Ley 19.537).

En suma, cada copropietario debe tener presente no solamente sus obligaciones como dueño exclusivo de su unidad, sino también las funciones y deberes que tienen por objetivo mantener todas las instalaciones del condominio en óptimas condiciones de seguridad, en pro del bienestar común.

Juan Pablo del Campo Merlet,

profesor de Derecho Civil, Universidad Santo Tomás Puerto Montt.