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Intendente se refirió a los avances y proyectos que han realizado en 2018

CUENTA PÚBLICA. La máxima autoridad regional destacó avances en educación, salud, transporte y conectividad.
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Lorena Poblete Hidalgo

Horas antes de entregar su cuenta pública (ver nota secundaria), el intendente Harry Jürgensen se refirió a los hechos que tuvo que sortear durante el último año. Asimismo, habló de los costos políticos y familiares que ha tenido que asumir producto del trabajo que desempeña como representante del Presidente Sebastián Piñera en la zona.

En este sentido, destacó lo relevante que resulta para el Gobierno enfrentar la contaminación atmosférica de Puerto Montt, donde planteó un plan de descontaminación para la capital regional y Puerto Varas.

-¿Considera que las tardías labores que se realizaron, en lo que fue el caso del hundimiento del barco Seikongen y su carga de salmones muertos, fue la mayor crisis que tuvo que enfrentar en el último año?

-Efectivamente, el caso Seikongen es un tema que tuvo su costo político en un momento dado. Y esto lo evaluamos en su minuto.

Sabíamos que el barco que se había hundido no podía permanecer ahí. Lo que hicimos fue tomar el liderazgo, en el sentido de exigir una solución al armador. Luego tomé el tema, ya que todos -autoridades, ciudadanos- empezaron a actuar con que no querían el buque. Nadie quería resolver el problema.

Si en ese minuto la intendencia no tomaba el problema, lo más seguro es que sigue el Seikongen allí. Previamente, se tuvieron que hacer todos los estudios pertinentes, hasta que calificaran los seguros de calidad.

Todos querían sacarle un provecho político a los salmones; yo no, sólo quería resolver el problema ambiental, que finalmente se resolvió. Ojalá pudieran reconocer todos los que usaron a la justicia y a los medios, para desprestigiar la acción del intendente. El final fue bueno, y los costos los asumimos. Ese fue uno de los temas más complicados que me tocó enfrentar en 2018.

-Uno de los problemas ambientales que preocupa a la gran parte de la ciudadanía, está ligado con la crisis de la basura en Chiloé. ¿Cuál será el manejo que se dará a este problema, considerando que hay cerca de $500 millones que se van a invertir en recintos que están considerados como saturados?

-En esos $500 millones se habla de los vertederos municipales, que ni siquiera son rellenos sanitarios, son vertederos. El costo total es de alrededor de $3 mil millones para poder poner en norma todos estos vertederos municipales, los que deben entrar en un régimen de cierre programado en unos tres o cuatro años. La idea es ir cumpliendo normas e ir cerrando.

Lo que significa que al tercer año, tenemos que tener la solución alternativa, que sea una sistema de tratamiento de residuos sólidos mejor de lo que se está haciendo hoy, entendiendo que contenga separación, reciclaje, por ejemplo.

Que contenga realmente el concepto verde, y que ese empiece a dar un prestigio a Chiloé. Esa es nuestra misión hoy. Los $500 millones son para empezar.

Mientras tanto, es importante buscar soluciones en sistemas donde se procesen los residuos sólidos que sean amigables con la naturaleza y el medio ambiente.

-Continuando con medio ambiente, ¿por qué no ha sido posible adelantarse a trabajos preventivos para que Puerto Montt no llegue a ser declarada como zona saturada?

-La contaminación atmosférica es un temazo, porque nosotros en la región estamos usando leña verde en más de un 90%. El uso de ella es el contaminante, los humos domiciliarios. Osorno ya cuenta con 15 medidas y no se avanza muy rápido. En Puerto Montt, vamos a tener que ver un plan de descontaminación para que entren a aplicarse las medidas correspondientes. Para Puerto Montt y Puerto Varas, hay que aplicar un plan de descontaminación a corto plazo, para incorporarlo dentro del proceso. Así también, ver nuevas medidas para ello, lo que ya está en manos de medio ambiente.

Lado íntimo

Este año, el intendente Harry Jürgensen pasó por un difícil período familiar: su esposa estuvo entre la vida y la muerte. Situación que no fue impedimento para que siguiera ejerciendo su cargo, lo que trajo consigo críticas por la decisión de no dejar su cargo, por sobre su familia.

-¿Cuáles son los costos familiares que ha tenido que asumir por el cargo y la alta responsabilidad de ello?

-De todo tipo. Costos de prestigio, en donde se han levantado falsedades y generar ambientes ficticios en mi contra; por ejemplo, incluso, que rayan en lo politiquero. Eso genera consecuencias en el prestigio humano. Por otro lado, también hay un costo familiar potente. Actualmente mi mujer vive en Osorno, mi hijo en Valparaíso, mi hija en Puerto Varas, a la que veo de vez en cuando. Pero este año tuve la mala suerte de que se enfermara mi mujer, algo grave, al borde de la muerte. Sin embargo, Dios es grande y le permitió vivir. Hoy está sana, autovalente y contenta. Donde uno de los costos de dejarla abandonada en su etapa de enfermedad, mientras yo seguía en el cargo, es que sentí por parte de los medios una crítica despiadada e inhumana.

-¿La recuperación de su señora le da un segundo aire para seguir trabajando?

-Me hace pensar en lo injusto que fui con ella. Al dejarla tanto tiempo sola. De repente uno dice: claro, ¿qué estoy haciendo yo?, una satisfacción personal. Pero ese es el costo que tiene el dejar a la familia. No es fácil. Pero no me quejo, porque es una decisión voluntaria y propia. Las satisfacciones por hacer cosas para los demás, yo eso lo valoro.

-¿Proyecta su carrera política con miras a un nuevo cargo para el futuro?

-Yo de eso no he pensado nada, ni voy a decir nada. Porque no lo tengo en mente. Solo quiero hacer esta buena Intendencia. La que sea reconocida, como una donde existió crisis, problemas, pero que también se generaron oportunidades y soluciones. Nada más. Soy un hombre viejo, y no puedo estar pensando en el futuro con mucha anticipación. Aquí lo más importante, y así me lo demostró mi mujer cuando se enfermó, es la salud. Me encuentro trabajando más para la próxima generación que para la próxima elección.

La cuenta pública 2019 de la Región de Los Lagos, a cargo del intendente Harry Jürgensen, estuvo marcada por el balance de su gestión, así como también por el desmayo que sufrió en la edición anterior, de 2018.

De hecho, dio inició a la actividad en la U. San Sebastián comentando a los presentes que esta vez sí había dormido bien, y que había estado sin mayores pautas durante el día.

Sumado a ello, el discurso fue apoyado por un video explicativo del trabajo realizado por las autoridades regionales que representan cada una de las carteras ministeriales.

Plan regional

La carta de navegación para la Región de Los Lagos tiene como base un plan en el que se sustente el desarrollo integral de la región, que para llevarlo a cabo dispone de una inversión del orden de los US$ 5.784 millones, las que están comprometidas en un período de ocho años.

Planteó como pilares de trabajo la infraestructura y la conectividad, así también como el fomento económico y el progreso social y la mejor calidad de vida en un territorio seguro. En la oportunidad se destacó que en materia de educación el último año se logró elevar la escolaridad en un 3%, es decir, de 9,8 a 10,1 años efectivos. En este punto del discurso, el intendente expresó que "todavía somos la tercera región de más baja escolaridad, lo que nos obliga a perseverar en las medidas que eviten el ausentismo, impidan la deserción escolar y promuevan la nivelación de la educación de adultos".

Otras áreas que fueron destacadas en la cuenta pública son salud, conectividad y medio ambiente. Jürgensen detalló que "lo que nos interesa es aplicar el concepto de ciudades más humanas. Estamos próximos a firmar un convenio que mejore la conectividad interna. En el caso de Puerto Montt, hay un proyecto que busca unir las terrazas peatonalmente".