Más vale solo...
Las creencias en la trascendencia al Más Allá, según las incontables culturas desde que el Hombre pensante se cuestionó: y después de mí ¿qué?, son infinitas y, por lo mismo, no todas conocidas. En nuestro lado Occidental del Planeta tal vez predomine el catolicismo, sin desmerecer otras creencias religiosas, que también las hay, pero que tal vez no estén tan cuestionadas. Esta religión monoteísta, que tomamos de un Hombre que vino, estuvo y se fue, dejando un legado de buen comportamiento social a seguir y como premio la vida eterna y feliz desde donde Él mismo, suponemos, provenía y después de su sacrificio aquí en la Tierra, regresaría.
A través de los miles de años le han sobrevivido escritos de época que así lo atestiguan, pero que en el camino, este legado se ha ido enmarañando en estructuras, ritos, protocolos, códigos, edificios, ropajes, séquitos, etc., que fueron agigantando a los mortales que lo representan, marcando una distancia abismantemente lejana a la modesta apariencia y frugalidad de Quien quiso, de tan buena fe, dejarnos un mensaje de amor, de civilidad, solidaridad, justicia y respeto hacia nuestro prójimo. Retomar sus inicios, tal como se entregó el primitivo mensaje, podría ayudar a ordenar este pandemónium de todo orden que se nos dejó caer. Dejemos que sólo Él se luzca con su sabio legado de enseñanzas morales, prescindiendo de todo ese aparataje que en estos momentos en cada capa que desprendemos, va aflorando la descomposición, que nunca nadie imaginó.
Los buenos, los sanos, los decentes, son tan minoría en este gigantesco mundo católico, que la reconstrucción de la Fe dañada, difícilmente será restaurada en esta centuria, porque su mensaje se afirma y descansa en el concepto universal para la Humanidad, cual es la MORALIDAD (palabra que se puede encontrar en el diccionario) y para los tiempos que se viven, este concepto precisamente habría que volver a trabajarlo. Para este Personaje Único le reservamos la total autoría de su mensaje salvador y sanador, que se acomoda a cualquier sociedad. Vino con Él y sólo Él lo gestiona, por lo que afirmaremos que más vale solo que mal acompañado.
MARLENE CÁRDENAS SIEBALD.
Lago Chapo
En atención al artículo firmado por el Sr. Intendente, aparecido el día 20 del presente en el cual manifiesta que la enorme disminución del volumen de agua del lago Chapo se debía a diversas razones, entre ellas al funcionamiento de la central hidroeléctrica de Canutillar, cuando, en realidad, se debe única y exclusivamente a la instalación de dicha central. Tal vez, el Sr. Intendente desconoce los pormenores de dicha instalación; pero en carta mía publicada en su periódico bajo el título "El crimen del lago Chapo" manifestaba que la comisión encargada de estudiar la posibilidad de instalar una central en el lago, simplemente no hizo ningún estudio, pues si así hubiera sido, no se justificaría haber desviado todos los riachuelos existentes en la zona para que desaguaran en el lago, e, incluso haber hecho un túnel de 12 kilómetros para que las aguas del lago Zargazo también fueran a desaguar al lago Chapo. Todo esto en los inicios del funcionamiento del la central de Canutillar. Ahora, se dice que Colbún respetará una cota de 230 metros, siendo la cota normal del llago 245 metros. Cuesta imaginarse lo que significa una altura de 15 metros de agua en la gran superficie del lago. También, manifestaba que, conforme a publicaciones de los medios, la central de Canutillar aportaba un 1% al sistema centralizado de electricidad nacional y que, perfectamente, ésta podría cerrarse hasta que el lago recuperara su normali-dad y que de ahí se autorizara un rebaje máximo de 5 metros, de manera que volviéramos a apreciar su enorme belleza para desarrollo del turismo.
ALDO FORNO BAS.
Demanda de parcelas
Para aquellos que somos oriundos de esta zona, no paramos de sorprendernos por la alta demanda de parcelas en nuestra zona, lo que empezó con el auge salmonero a principios de los noventas y que sigue hasta hoy en día con la misma fuerza.
Debido a esto, podemos presenciar transformación de antiguos campos productivos, en parcelas de agrado, por ser éstas más rentables para sus propietarios. Lo que cabe preguntarse es si realmente es positivo que la subdivisión mínima rural sea de 5.000 m2, en donde tal superficie es tan grande para una casa, que hace difícil y costosa su mantención, y al mismo tiempo genera una enorme pérdida de terrenos que podrían seguir siendo productivos, permitiendo continuar esa antigua y tradicional forma de trabajo, que es la agricultura y ganadería y que siempre identificó a nuestra zona y que ahora va en franca extinción. Siendo que para el futuro cercano, la industria alimentaria será básica en un mundo en que la población no para de crecer y en que los terrenos productivos se hacen cada vez más escasos por el cambio climático.
DENNIS IVÁN BRAUNING SMITH.