Erwin Schnaidt Ávila
En los pasajes Chacalluta y Pichoy de la población Rayén -en las cercanías del Líder de Ramón Munita- se concentraron los daños a viviendas, producto del temporal de lluvia y viento del miércoles de esta semana. Los reportes oficiales hablan de 14 casas damnificadas.
De acuerdo a relatos de los propios afectados, la intensidad de esas precipitaciones derivó en la inundación de sus hogares, los que llegaron a mantener hasta 15 centímetros de agua en su interior.
"Si usted entra en las casas se da cuenta que empieza una picazón en los ojos ; no se puede respirar bien. Es muy desagradable. A eso se suma la pérdida de muebles, que quedaron con olor a aguas servidas. Ahora viene la limpieza y desinfectar", relató Paola Montecinos, quien agregó que también hubo un daño en las paredes "que son de madera prensada; entonces, igual voy a tener que cambiarlas".
Su vecino Álex Díaz recordó que cerca de las 9 de la mañana comenzó a entrar el agua "por el suelo, ni siquiera por la puerta. A esa hora ya tenía inundado el baño y el patio. Rápidamente llamé a mi hermana para sacar de aquí a mi hijo de dos años y a mi señora. Fue horrible ver cómo en media hora, la casa se llenó de agua. Teníamos 15 centímetros de agua en la cocina, que es la parte más alta de la casa", recordó.
Hasta las dos de la mañana de ayer se esmeró en limpiar el barro que llegó a todos los rincones. "No sé si las cosas se van a salvar, porque todo está con humedad y agua. Ahora tengo que desinfectar", comentó.
Desde 1990 que Marlitt Mansilla vive en el pasaje Chacalluta. En 1994 sufrió la primera inundación, la que pronto se diluyó, ya que "en ese tiempo todavía no estaban las calles pavimentadas; en 2014, fue un aluvión que bajó con barro del cerro. Y ahora, cuando llueve fuerte, siempre se inunda".
Sobre lo ocurrido el miércoles, rememora que "llegué a las ocho y media y no podía caminar ni entrar a mi casa, que quedó totalmente inundada".
En medio de las tareas de limpieza, Iván Aravena recordó que "se inundó todo. El agua entró por todos lados. Fue temprano, tipo nueve ya estaba el caos. La casa no tiene cómo drenar el agua".
Intervención mayor
Según expuso Álex Díaz, esos terrenos correspondían a una zona pantanosa, por lo que teme que haya consecuencias estructurales. "El terreno va a ceder. De hecho, la cerámica (del piso) se trizó", evidenció.
Planteó que junto a autoridades de Gobierno se debe buscar soluciones "para que esto no siga ocurriendo. Es complicado pensar que cada vez que llueva, vamos a tener que arrancar porque se van a inundar las casas de nuevo".
En ese sentido, Iván Aravena estima que "esto ocurre porque no se hace mantención al alcantarillado ni a los sumideros de aguas lluvia".
Paola Montecinos dijo esperar que se adopten decisiones efectivas: "Si bien arreglar las casas es una necesidad de todas las familias afectadas, viene una parte resolutiva en profundidad. Hay que hacer una intervención mayor".
La vecina del pasaje Pichoy se refiere a la habilitación de ductos que conduzcan tanto las aguas lluvias, así como las que fluyen en forma natural desde la ladera norte de esa población. "Acá se formó una piscina. En la medida que pasaban los autos, hacían olas y nuestras casas se inundaban cada vez más", evidenció.
En tanto, Marlitt Mansilla confirma la ausencia de ductos "que lleven y contengan las aguas que se acumulan arriba. Por eso, los colectores se empiezan a rebalsar".
Hace tres años que Ida Prat vive en el pasaje Chacalluta y asegura que "siempre se inunda, cuando hay mucha lluvia; pero no como ahora".
Aunque no tuvo daños en su casa, el taxi ejecutivo que manejaba quedó inutilizable, ras quedar detenida en Uno Norte. "No sabía cómo salir de ahí. Abrí la puerta del auto y se llenó de agua. Bajé y lo empujé sola, porque estaba flotando. Me llegaba el agua a la cintura. Quedó con daños totales. No sé qué vamos a hacer, ni quién puede responder. Es mi herramienta de trabajo", adujo.