Carabineros de Chile cumple hoy, 27 de abril, 92 años de valeroso y abnegado servicio a la patria y sus ciudadanos. Y aunque los avatares del transcurrir del tiempo no dejen de embestirla, la noble institución de las carabinas cruzadas continúa manteniendo incólume su razón de ser como máximo baluarte defensor de la seguridad ciudadana y férreo garante del orden en nuestro país.

¡Puede haber misión más dura y riesgosa que la de combatir el crimen y el delito, en aras de la tranquilidad social, como la de Carabineros! Policías que, al mismo tiempo, deben multiplicarse en otra serie de acciones tanto de protección como de ayuda, según los requerimientos del día a día, incluyendo sus patrullajes de soberanía. Como sus intervenciones de apoyo en accidentes y tragedias, en el control de espectáculos, disuasión de intentos de suicidios, custodia de marchas, colaboraciones en el desamparo, y en tantas otras emergencias, como hasta en la atención de alumbramientos en los más inesperados lugares...

¡Qué haríamos sin Carabineros ante los ataques del monstruo de la delincuencia que no para de crecer y de causar daño! ¿Quién está dispuesto a resultar herido y morir por esa causa? Sólo el Carabinero y la Carabinera, que acogieron -en su alma valiente y generosa- el desesperado llamado de auxilio y de resguardo de sus compatriotas en peligro y anhelantes de una vida más segura.

Para cumplir cada vez con una mayor eficiencia su noble labor, y podamos los chilenos progresar en paz, Carabineros anhela más cercanía y confianza de su comunidad, del vecindario. Que los llamen oportunamente y con prontitud, cuando ocurre un delito, y les informen sus inquietudes y planes en virtud de una mejor comunicación y planificación. Y así diseñar sistemas policiales cada vez más certeros y productivos, tanto en materia preventiva como de acción disuasiva y directa.

Carabineros ansía que confíen más en ellos. Que su país y la justicia los respalden con las atribuciones necesarias, para aportar efectivamente un ambiente seguro, tranquilo y en paz a los chilenos.

El 26 de febrero, comenzó a regir la Ley 21.138 que autoriza realizar cabotaje de pasajeros a los cruceros de bandera extranjera. El proceso que dio origen a esta nueva ley, logró una amplia y activa participación de los parlamentarios desde el inicio de la moción en octubre de 2014 y hasta la fecha de su promulgación. El contenido y la historia fidedigna de la ley (espíritu), se refleja en un macizo trabajo, resumido en un documento de más de 150 páginas que recopilan lo hecho. Esta tramitación incluyó espacios de discusión donde los diferentes actores de la industria marítimo portuaria y turística, dieron a conocer su mirada sobre la iniciativa. La ley ahora permite y hace posible que turistas nacionales y extranjeros embarquen y desembarquen en cualquier ciudad - puerto habilitada de Chile, autorizando además de ello por excepción a la Isla Juan Fernández y Rapa Nui. Se incorporan elementos que evitan que los cruceros, especialmente aquellos que navegan con banderas de conveniencia compitan de manera distorsionada con la industria nacional por cuanto estos responden a las leyes del país de la bandera que enarbolan. Suprime la opción de que los cruceros extranjeros naveguen entre puntos, obligando a que el tránsito sea entre ciudades - puerto, asegurando que la riqueza quede en estos lugares y no en los cruceros, amén del impacto medioambiental que hubiesen generado desembarcos masivos y descontrolados en lugares como la Patagonia. La nueva ley posibilita hacer circuitos que requiera el turista, embarcando y desembarcando en cualquiera de las 12 ciudades - puerto del país. Los tramos Arica - Antofagasta; Iquique - Valparaíso; San Antonio - Pto Montt; Pto Montt - Pta Arenas, son ejemplos de esto. Se incluye en ello a quien venga desde el exterior y que desembarque en alguno. También se aborda otro aspecto que beneficia a las ciudades - puerto: la apertura es para naves en tránsito, evitando con ello circuitos cerrados que hubiesen implicado una competencia distorsionada a la industria de casinos, hotelería y restaurantes instaladas e imposibilitadas de competir con cruceros que tienen beneficios tributarios, laborales y otras exenciones.

Héctor Henríquez Negrón.

Presidente ARMASUR A.G.