Disponibles
No sé si en otras latitudes se estila que en cuanto hay recambio de autoridades por votación popular y apenas instalados, diríamos con sus funciones en rodaje, ya aparecen en el horizonte nuevos candidatos que se ofertan en los medios de comunicación tanto nacionales como locales, para reposición de una variedad de cargos públicos e informándole a la ciudadanía estar disponibles para llegar al poder y de paso reservan anticipadamente una especie de intención de voto hacia sus personas.
Esta modalidad de promocionarse ante la opinión pública es aplaudible sólo por su franqueza, porque en mis recuerdos de estos procesos, aunque sin haber pertenecido a partido político alguno, es que los candidatos se gestaban por mérito al interior de sus respectivos grupos ideológicos, con el debido consenso, respetando el tiempo prudente a las próximas elecciones, sin apresuramientos que denoten ansiedad por llegar al codiciado poder, y muy por el contrario, demostrando su clara vocación de servicio público y lo más alejado de los ahora abultados montos para esos sueldos que tanto despiertan la ambición de estos sacrificados voluntarios disponibles, con escasas y honrosas excepciones, imagino. La administración pública de mis tiempos se vivía con austeridad y en las campañas no se ofrecía el oro y el moro, aplicando mesura en las promesas; a diferencia de estas últimas décadas con los amargos sabores a desengaños que le han dejado, sin ir más lejos, a los profesores pensionados chilenos por su histórica deuda heredada de varias décadas y aún impagas. Situación vergonzosa que en cada período eleccionario se utiliza como material de campaña y una vez elegidos pasa a ser una deuda fantasma: nadie la ha visto y ni siquiera saben si existe.
Personalmente y para no ser menos, estaba ensayando una pose convincente, acompañada del comentado letrero "estoy disponible", pero a pesar de mi contundente curriculum que me habilita para 3 carteras sin asesores, la modestia y el pudor me lo impidieron, fíjese.
MARLENE CÁRDENAS SIEBALD.
Gratitud a Hogar S.V. de Paul
Ruego a usted, publique esta carta de agradecimiento al Hogar de Ancianas San Vicente de Paul de Puerto Montt, que bajo la presidencia de la señora Marianela Añazco C. y las socias voluntarias, hacen un trabajo anónimo y enorme por todas las abuelitas que se albergan allí.
Hace un mes y medio, falleció mi querida tia Ida Maldonado, quien estuvo viviendo junto a su hermana Marina, en el Hogar San Vicente de Paul, donde se le entregaron todos los cuidados necesarios para su edad: cariño, oraciones, cuidados médicos, sanitarios, de alimentación y vestuario, hasta el último de sus días. Por su intermedio, quiero hacer llegar al personal, presidenta y socias, todo mi agradecimiento por las hermosas exequias que se le brindaron, empezando por el velorio que se realizó en el mismo Hogar, que fue su casa en sus últimos años; por las oraciones , Santa Misa y finalmente su descanso eterno en el Cementerio Católico de Puerto Montt.
Gracias al Hogar San Vicente de Paul, por los cuidados y tantas atenciones médicas a mi tía Ida. Mis agradecimientos por acompañar a mi madre en el retiro del cuerpo, gracias a las jóvenes que la vistieron. Gracias por llevarla a su Hogar, que estaba preparado para recibirla. Gracias por hacerle una misa, como deseamos los católicos comprometidos. Y que Dios bendiga a cada de las personas que trabajan en el Hogar; y sé que cuidarán con el esmero de siempre a mi tía Marina, que seguramente resentirá la pérdida de su hermana.
Finalmente, agradezco a la I. Municipalidad de Puerto Montt, por el aporte que hacen y llamo a los empresarios para que colaboren con un velatorio y pequeña capilla para este Hogar San Vicente de Paul, que tanta ayuda otorga a las familias recibiendo a sus familiares en su tercera edad. Dios se lo duplicará.
Un abrazo fraterno a todas y todos, que hacen de este Hogar un real HOGAR.
MÓNICA MORALES MALDONADO.
Pagando "el pato"
Los chilenos nos hemos acostumbrado que las grandes empresas nos pauteen, especialmente las monopólicas; nos dictan normas en sus propios beneficios y los más vulnerables tenemos que aceptarlas sí o sí. ¿Por qué sucede esto? Ocurre que gran parte de los legisladores cuando están en salas de comisiones no están cien por ciento atentos de los oficios o proyectos que llegan ahí para debatirlos. Es lo que pasó con el proyecto de los "medidores inteligentes". Y si nuestros honorables se equivocaron, lo sano y lógico es que ellos mismos lo corrijan con otra Ley. Si a ellos mismos los elegimos, es justamente para que hagan leyes en bien de las grandes mayorías. Creemos y pensamos que los senadores y diputados son seres humanos y se pueden equivocar. Hacemos una consulta a los señores de las grandes fortunas de Chile y el mundo. ¿Por qué en la modernidad y los avances de la sociedad, la que paga siempre es la clase más humilde?
DUBERLI GUERRERO ROSAS.