No solamente los deportes tradicionales, como el fútbol, básquetbol, ciclismo, el remo mismo, rinden resultados que brindan renombre a Puerto Montt. También, lo viene haciendo -sin mucho aspaviento- el tenis de mesa, que, en un trabajo tesonero y perseverante con el semillero, está prestigiando al desarrollo de la cultura física entre nuestras cuatro colinas.
El ejemplo más palpable y elocuente es el reciente cetro nacional, conquistado por el niño puertomontino Jorge García, quien fue el mejor de Chile -en la categoría sub 11- en la gran justa dirimida en Quillón, Región del Maule. El pequeño, hábil y certero pimponista, que pertenece al Centro de Alto Rendimiento local (IND), al campeonar, obtuvo la clasificación para representar los colores chilenos en el Campeonato Sudamericano, cuya sede será Ecuador en mayo.
También sobresalieron en el gran certamen, los tenimesistas porteños Felipe Alvarado y Daniel Salgado, que hicieron méritos para tener una nueva opción clasificatoria a ese magno torneo y así acompañar al campeón nacional. En damas, igualmente afloró la calidad del pimpón puertomontino en dicho evento, gracias a las celebradas actuaciones de Valeria Valenzuela y Agustina Urrutia, ahora entre las 16 mejores de nuestro país.
Puerto Montt tiene historia en el tenis de mesa y ha organizado importantes campeonatos; entre ellos, un inolvidable Sudamericano en el Gimnasio Municipal en 1980, tras la realización de competiciones nacionales en 1940, 1955 y 1978. Eran tiempos de notables pimponistas como Elizabeth Gaete, Helia Ebensperger, Rebeca Yáñez, Sonia Núñez, Claudia Vivar; Jorge Bahamonde, Orlando Burgos y Manuel Torres. Mientras que la Asociación Deportiva Escolar Primaria, ADEP, cumplía en aquellos tiempos un destacado desempeño en el tenis de mesa estudiantil, coronado por títulos nacionales y siempre plausibles resultados.
Un honroso pasado deportivo puertomontino justifica todo el respaldo que se pueda dar a los deportes bajo techo, como el pujante tenis de mesa.