Detectaron importante brecha ante una eventual mortalidad masiva de salmones
TRATAMIENTO. Seremi de Economía reveló que hay un "cuello de botella", en cuanto a instalaciones que puedan reducir la biomasa muerta. Además, dio cuenta de los plazos para su extracción.
La necesidad de habilitar un segundo centro que disponga la mortalidad masiva de salmones, plantearon autoridades del Gobierno Regional, tras participar de una reunión técnica organizada por el Instituto Tecnológico del Salmón (Intesal) junto a SalmonChile.
La idea de ese encuentro fue mostrar el contexto en el cual desenvuelve la industria, los avances y nuevas herramientas de mitigación que está implementando, así como el estado actual de las floraciones de algas, brechas y avances en materias logísticas y nuevas herramientas de medición de riesgo, entre otros.
Otra planta de ensilaje
El seremi de Economía, Francisco Muñoz, manifestó su preocupación por la capacidad disponible de tratamiento y disposición final, en caso de repetirse un fenómeno como el bloom de algas de 2016.
Opinó que aunque existen dos plantas de ensilaje en la región, sólo una está disponible (Fiordo Austral), "por lo que podemos tener un cuello de botella", lo que -sostuvo- quedó en evidencia en esa cita.
Muñoz admitió que como Gobierno no están facultados "para obligar el uso de una instalación privada para ese objetivo", aunque adelantó que en una próxima convocatoria, "podamos discutir un protocolo real, de acuerdo a la capacidad de procesamiento, en caso de ocurrir un evento como ese", anticipó.
Otro obstáculo que estaría impidiendo dar celeridad a ese proceso, es la falta de equipamiento para proceder a la extracción de mortalidad desde las balsas jaula. Expuso que esa tarea es encomendada a barcos wellboat, pero "están provistos con tecnología para sacar salmones vivos. El salmón muerto cambia su configuración de distribución dentro de la jaula, por lo que hay que hacer esas adecuaciones".
Responsabilidad
También acudió a esa convocatoria, el seremi del Medio Ambiente, Klaus Kosiel, quien admitió que "se le hizo una invitación a la industria, para que empezara a entender que el tratamiento y disposición final de las mortalidades es una responsabilidad de ellos, dentro de su proceso productivo y tienen que integrarlos, dentro de sus planes de contingencia".
Para Kosiel hay que avanzar para que no se repita lo de 2016 "cuando se acumularon volúmenes (de peces muertos). Ese es el aprendizaje en el que se está trabajando".
Postuló además la necesidad de mejorar la cadena logística, responsabilidad que traspasó a los productores. "Deben disponer de esa capacidad y los barcos adecuados, en caso que ocurra algo. Lo importante es estar preparados".
Ante una consulta, el seremi del Medio Ambiente consideró que la industria salmonera "está en un proceso de preparación. No estamos en una condición como la de 2016, en que vaya a ocurrir un evento tan fuerte como el de ese año".
Aun así, y ante la condición de cambio climático, planteó que "se debe disponer de los protocolos correspondientes para evitar que se genere impacto sobre la población y los habitantes costeros".
Retiro de mortalidad
El seremi Muñoz también resaltó que mediante un mejoramiento de la normativa y ante un nuevo evento FAN como el de hace tres años, es obligación de las empresas salmoneras extraer en un plazo acotado, las mortalidades que registren sus centros de cultivo.
Detalló que la Resolución Exenta N° 8561, determina el plazo máximo de retiro, conforme a la biomasa perdida en ese evento, el que va desde las 48 horas, si son menos de 300 toneladas; 72 horas, entre 300 y 700 toneladas; y, de 96 horas, para situaciones en que se supere las 700 toneladas.
Recordó que en la catástrofe de 2016, no existía este protocolo y las compañías actuaban sin ningún protocolo. Por eso se dieron casos en que hubo una significativa tardanza en ese procedimiento.