Nataly Alvarado Ralil
El año 1958 llegó a Puerto Montt Tulio Inzulza, quien forjaría su historia en la ciudad, formando a niños en las categorías menores del básquetbol, fomentando este deporte en gimnasios de diferentes colegios en la capital regional.
Dicha labor trajo para Inzulza grandes recompensas deportivas y emocionales a su vida. Uno de esos reconocimientos lo recibió este lunes, cuando fue condecorado como ciudadano destacado por la Municipalidad de Puerto Montt.
Inzulza también fue basquetbolista en su juventud, donde desempeñó el rol de base con el número 6 a sus espaldas. También jugó fútbol en la posición de 10, pero no se pudo dedicar a ello en forma profesional, ya que sus padres le pidieron priorizar sus estudios.
Así es como este formador de basquetbolistas, quien se desempeñó como director regional del Fondo Nacional de Salud por 25 años, forjó además su historia deportiva.
-¿Por qué opta por el básquetbol para desarrollar su carrera deportiva como entrenador?
- Mi especialidad fue el minibásquetbol, es decir, trabajo con menores de 12 años. Me acerqué a esta disciplina porque esto coincidió con mi paternidad, época en la cual yo como padre, no sabía conectar con mis hijos, ya que nadie te enseña a ser padre. Entonces el minibásquetbol me permitió, al incorporar a mis hijos a los entrenamientos, conectar de mejor forma con ellos. Este fue un trabajo que yo desarrollé, bajo el alero del Colegio San Javier por 13 años de forma gratuita, lo cual también me significó estudiar y capacitarme como entrenador.
-¿Cómo fue en esos años el trabajo con niños? ¿existía motivación hacia el básquetbol de parte de ellos?
-San Javier ha sido cuna de basquetbolistas. Ya en esos años, desde 1981 cuando yo comencé esta labor, habían muchos niños con talento e interés. Además de la escuela de minibásquetbol que formé en San Javier, también hice otras en Arriarán Barros, con los hijos de mis colegas en el Servicio de Salud, y también se creó una escuela en la población Lintz.
En lo competitivo, se hacían torneos a nivel de ciudad con colegios como Instituto Alemán, Salesiano, Domingo Santa María, y también a nivel regional, y en competencias entre colegios católicos como el San Mateo de Osorno y Salesiano de Valdivia.
-¿Actualmente sigue ligado a la formación de basquetbolistas?
-Si. Hace dos años retomé mi trabajo como entrenador en el CEB Puerto Montt, donde incorporamos a niños con Síndrome de Down al trabajo de las series menores. Trabajamos con unos 10 niños aproximados. Esto fue un tema muy emocionante para mi, el cual yo al principio desconocía. Para ello, debo destacar la labor de la doctora Virginia Alpaca, quien me proporcionó contactos y asesoró sobre el trato y características de estos niños.
-En su carrera, ¿ cuáles son los logros deportivos que desataca?
-Debo destacar a la generación del año 2004 del San Javier, proyecto donde trabajé con Javier Vega, y que se coronó campeón comunal, provincial, regional, nacional y sudamericana del torneo de básquetbol escolar. Destaco los nombres de Nicolás Ulloa, Pablo Coro, Álvaro Venegas, Toledo, Bórquez, Villarroel, Emilio Paris, Ramiro Vera, Kevin Rubio, entre otros jugadores que he formado.