La semana recién pasada se lanzó en Puerto Montt un nuevo tour operador local, que tiene por objeto atraer más turistas, para potenciar la actividad en la zona, generando externalidades positivas, como aumentar la pernoctación, quebrar la estacionalidad, que los visitantes tengan una mayor actividad económica y que en definitiva perciban a Puerto Montt como un destino que hay que visitar.
El programa, que cuenta con el apoyo de Corfo, resulta interesante, porque está llamado a potenciar los tours existentes y consolidar a la zona como un destino. Porque es innegable que poseemos parajes maravillosos y existe una amplia oferta de tour en la zona; pero claramente no se vende como un conjunto ni la promoción ha sido la adecuada.
Da la impresión que seguimos descansando en la difusión tradicional que se hace; o en los turistas que llegan a conocer ciertos íconos del turismo de la zona como los Saltos del Petrohué, la Carretera Austral o Chiloé, y que luego por un tema logístico, utilizan la capital regional como un punto estratégico de servicios.
Falta decididamente una promoción conjunta de nuestra Patagonia. Se hace cada vez más imprescindible que Sernatur cuente con más recursos para esta tarea y es más prioritario que nunca el trabajo conjunto entre públicos y privados, de esta región y de las regiones vecinas, de Chile y Argentina; para vender la Patagonia como un solo territorio. En un mundo globalizado, ya no es posible el trabajo aislado. Pero junto con eso, la capital regional definitivamente debe mejorar ciertos aspectos. Su costanera, que es la principal cara de esta ciudad, no puede seguir en el estado en que se encuentra; el centro de Puerto Montt debe dar un salto de calidad, erradicando el comercio ambulante y mejorando la calidad del servicio que ofrece en tiempo y forma; los accesos a la capital regional deben estar a la altura de lo que pretendemos vender al turista, para que efectivamente, venir al sur del país, sea lo que la promoción intenta transmitir: ciudades amables y limpias, tranquilidad, belleza escénica, calidad de su gastronomía y de sus servicios; que transforman la visita en una verdadera experiencia.
Que los reconocimientos internacionales en turismo aventura o en rincones paradisiacos, no se empañen por una difusión deficiente, por problemas de infraestructura o por una mala experiencia derivada de la inseguridad, la suciedad o el mal olor.
La región lo tiene todo para que el turismo comience a dar los frutos que esta industria ha prometido por tantos años.