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Recuerdan 45 años del crimen de los futbolistas de Lintz

1973. Familiares y agrupaciones de DD.HH. piden pronto pronunciamiento de la justicia en caso emblemático.
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Marcelo Galindo Gallardo

Una velatón es la que se realizó en pleno barrio Lintz, en Puerto Montt, para recordar a los cuatro deportistas asesinados el 31 de enero de 1974, tras el Golpe de Estado protagonizado por el gobierno militar el 11 de septiembre de ese año.

Familiares y organizaciones de Derechos Humanos se reunieron en la esquina de las calles Palena con Regimiento en población Lintz, donde recordaron a Pedro Antonio Bahamonde Rogel (24 años), Héctor Hugo Maldonado Ulloa (26 años), José Hernán Mañao Ampuero (22 años) y José Antonio Soto Muñoz (23 años).

Ninguno de ellos tenía militancia política y los hechos no se habrían registrado como indicaba el bando de la época.

José Mañao era un conocido futbolista de la capital regional, que un año antes en Osorno y vistiendo la camiseta de la selección de Puerto Montt, había ganado el campeonato interciudades 'Copa Varmontt'.

Para las agrupaciones de derechos Humanos, éste hecho "fue uno de los más injustos en Dictadura".

Carta

Alfredo Árgel, presidente de la Agrupación de Derechos Humanos de Puerto Montt, dijo que los jóvenes asesinados por funcionarios de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) eran jugadores amateurs de diferentes clubes de la ciudad y de la sección local.

Argel criticó el hecho que a 45 años de este hecho, no haya un fallo definitivo, dilatándose la sentencia.

"Decidimos entregar una carta a la a la Corte Suprema, a a través de la Corte de Apelaciones de Puerto Montt, debido a que la causa aún se mantiene abierta y el proceso ha sido demasiado largo", reiteró.

El dirigente recordó que el 2014 hubo un fallo que dejó libres a los presuntos implicados, lo que obligó a apelar; instancia que se ha mantenido por casi cinco años sin resolución. "Este fue un hecho de abuso de poder y este es el más notorio, porque todos estos jóvenes eran deportistas y futbolistas de la época. No tenían militancia política y todo partió por una riña en un bar con funcionarios de la FACh", manifestó.

Ramón Espinoza, hijo del ex diputado Luis Espinoza asesinado en 1973, coincidió con Árgel en el sentido que se trató de un suceso de abuso de poder.

Espinoza recordó que este, como otros, es un crimen de lesa humanidad, que es parte del Informe Rettig.

"Es un crimen de lesa humanidad, que debe ser sancionado severamente a través de una sentencia que condene a penas efectivas de cárcel a los autores materiales de dichos crímenes. En los últimos fallos judiciales, en el caso de nuestro padre Luis Espinoza Villalobos y Abraham Oliva y el magnicidio de Eduardo Frei Montalva , la justicia ha sido capaz de sentenciar a los responsables y no esperamos menos en el caso de los deportistas de Lintz, que a su corta edad fueron ejecutados", sentenció.