Un tema que no deja de ser preocupante -sobre todo en Puerto Montt y también ahora en Puerto Varas-, es el de la mantención de la limpieza urbana, aportando no sólo un correcto comportamiento cívico al respecto, sino que, de igual manera, cuando se trata del buen uso del equipamiento de aseo que recorre cotidianamente en ambas ciudades.
Para la capital de la Región de Los Lagos, especialmente en los últimos años, ha sido punto menos que caótica la recolección de la basura domiciliaria. Situación que fue altamente perjudicial al prestigio turístico de nuestra capital regional. Y ante lo que no extrañó que la crítica generalizada del visitante fuese encontrarse con "una ciudad sucia y desordenada", en chocante contraste con el hermoso paisaje natural marítimo en derredor.
De ahí, la decisión de la autoridad municipal de incorporar este año a una nueva empresa a cargo de la indispensable y vital tarea de limpieza. Contexto en el que se agregaron a los 3 mil contenedores de residuos distribuidos en la ciudad, nuevas 10 tolvas estratégicamente ubicadas, para acopiar los despojos más voluminosos, y así no dañar ni desbordar los recipientes normales.
Sin embargo, en general, la conducta de orden y aseo puertomontina, incluyendo la de algunas empresas, continúa deficitaria y siendo objeto de justificados reproches, por la irresponsabilidad que implica no respetar el accionar del aseo urbano ni a los vecinos, ni menos cumplir con los deberes ecológicos de ayudar a conservar el medio ambiente y la pureza del aire. En cada domicilio, en cada organización, los residentes deben abordar el tratamiento de los desperdicios con la mayor seriedad y conciencia de su primordial aporte a la limpieza de sus residencias, barrio y ciudad. Y teniendo una mayor conciencia de lo que significa el reciclaje de los residuos y su transformación productiva.
La basura debe ir donde corresponde. Velemos y cumplamos ese deber, por amor a nuestro terruño y consideración a quienes lo habitan.