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Cercanía empresarial a los nuevos técnicos

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Eduardo Carmona Jiménez.

Director Ejecutivo ONG Canales.

Cuando nos imaginamos la Educación Técnica Profesional (ETP), lo primero que se nos viene a la cabeza es modernidad y tecnología, tomando como referencia países como Alemania, Suiza y EE.UU., que son líderes en productividad y empleabilidad.

Pero cuando miramos la realidad chilena nos encontramos más bien con una ETP precaria. ¿Por qué?, si Chile generalmente replica políticas publicas de estos mismos países.

Parecen ser múltiples razones, pero la principal es una ETP desconectada de los sectores productivos, a pesar de los grandes esfuerzos.

A modo de ejemplo, en Alemania el presupuesto de la ETP por ley se comparte con las empresas, donde el Estado aporta el 46% y las empresas el 44% (7,7 billones de euros aproximadamente).

La realidad chilena es completamente diferente. El Estado aporta el 99,7% y las empresas el 0,3 %. Hay que agregar que las empresas que lo hacen es por voluntad de sus directorios o gerentes.

Como ONG Canales estamos convencidos de la importancia de la ETP, de su vinculación con los sectores productivos y que las empresas tienen que dejar de ver el trabajo con la comunidad o con el mundo de la educación sólo como actividades de Responsabilidad Social Empresarial (RSE).

Creemos que las empresas deben ser protagonistas de la formación de los jóvenes técnicos. Las empresas deben saber que si invierten en la ETP, a su vez están invirtiendo en ellas mismas, pero pensando a futuro.

Nuestro deber es transmitirles a las empresas lo indispensable que son, para que asuman un papel protagónico en el desarrollo de los nuevos técnicos.

Como ONG Canales, nos ponemos a disposición para conjugar las necesidades de cada una de ellas, creando en nuevos proyectos e intervenciones innovadoras que respondan a sus necesidades.

Este es un trabajo apasionante, porque creo que así se construye nuestro país, vinculando lo público y lo privado, las fundaciones y ONG's, con objetivos comunes que le hacen bien Chile.

Tomás Cortese.

Director Ejecutivo Fundación PLADES.


Músicos, desarrollo


y emprendimiento

En un mundo que cambia constantemente y donde las organizaciones deben trabajar en torno al desarrollo sustentable, la labor de los agentes de cambio e innovación social resulta fundamental. La innovación social ha sido protagonista en estos últimos años en Frutillar. Gracias a los "Prototipos de Innovación Social" de Corfo, cuatro organizaciones locales han logrado recursos para protagonizar un riguroso proceso de desarrollo de sus iniciativas. Así se generaron mecanismos para que la pequeña agricultura familiar pueda participar del mercado gastronómico; se diseñaron residencias creativas, para que artesanos de oficios tradicionales desarrollen nuevos productos; se desarrolló una plataforma abierta con material para mejorar la atención a clientes de la industria de turismo y servicios. Por último, impulsamos un modelo que procura entrenar profesionales de industrias creativas, para colaborar con profesores a desarrollar estrategias que mejoren el aprendizaje de sus alumnos.

Al mismo tiempo que estos proyectos se aproximan al fin de su etapa de prototipo, esta semana hemos tenido un hito muy significativo. Gracias a la articulación virtuosa de actores públicos y privados, por segundo año consecutivo The Global Leaders Program acaba de concluir una exitosa residencia en Frutillar. El programa reunió a 40 músicos/emprendedores sociales, de 24 países diferentes que al alero de la prestigiosa Universidad de Harvard han ejercitado sus propios "músculos innovadores" trabajando mano a mano con agentes de cambio local. Esto se tradujo en tres intensas jornadas de trabajo con los equipos del Departamento de Cultura Municipal, Área Comunidad de Teatro del Lago, Museo Colonial Alemán de Frutillar, Casa de Oficios, Aprendizaje Creativo Frutillar, Cámara de Turismo y Cultura Frutillar, Botes de Puerto Octay y Visión Amabilidad de Puerto Varas. Esta experiencia fue tan intensa como asombrosa, todos los participantes tuvieron la oportunidad de mirar sus emprendimientos desde la perspectiva del beneficio que generan en la comunidad y el territorio a la vez que generar ideas para su sostenibilidad. Cerramos así un gran año para la innovación social en la región y en la comuna, a la vez que iniciamos otro lleno de desafíos para consolidar y profundizar el impacto de cada iniciativa apoyada.