Secciones

APEC 2019: opción para el sur de Chile

E-mail Compartir

Anette Krohn, gerente Endeavor Patagonia.

El emprendimiento de alto impacto y la innovación no tienen ubicación geográfica. Y eso es precisamente lo que hemos comprobado durante este 2018 en las regiones del sur de Chile: contamos con un ecosistema dinámico, innovador y con capacidad para entregar soluciones en incluso industrias que veíamos más lejanas, como la minería, salud, retail, fintech, educación, industrias creativas, por nombrar a algunas de ellas.

La comunidad emprendedora local demostró que desarrollar emprendimientos de Alto Impacto sí es posible desde las regiones.

Claros ejemplos son empresas como Bioled, Imaginex, Kura Biotec, Innovex, Orza o Keepex, quienes han logrado posicionarse como referentes de innovación a nivel país. Algunos, incluso, han logrado expandirse a lo largo del mundo, mostrando la capacidad de adaptarse a importantes desafíos globales. Sin embargo, aún tenemos espacio para crecer y sobre todo para mostrar lo que somos capaces de hacer. En el trabajo que hemos realizado desde Endeavor este 2018, apoyando a los emprendedores en sus desafíos y colaborando con terceros para potenciar el ecosistema en actividades como la Premiación del Emprendedor del año OMEI, el Encuentro Global del Empresas B, la feria AquaSur, el 2° Encuentro Regional de Ecosistemas de los Lagos y la Experiencia Endeavor Patagonia, hemos evidenciado una alta motivación de los emprendedores de la región por salir de su zona de confort y dar pasos de gigante.Nos enorgullece ver cuánto han avanzado.

Al mismo tiempo, cuando miramos a nuestro Chile y a nuestra región, y comparamos con otras partes del mundo, nos urge acelerar la importación de buenas prácticas en torno a temas que moverán las economías del futuro, entre ellos, el desarrollo de talento, la transformación digital y la sustentabilidad e impacto positivo. 2019 es el año de APEC Chile, el principal esquema de integración económica en la Región del Asia Pacífico.

Como organizaciones, emprendedores e individuos se nos presenta una oportunidad única para generar conocimiento y redes con los 15.000 actores de cambio que visitarán nuestro país.

Giovanni Calderón Bassi, director ejecutivo Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático.


Una sana


ambición

Un cuarto de siglo se cumple este año, desde que el mundo logró ponerse de acuerdo en la necesidad de adoptar medidas para controlar los efectos de la acción humana en el clima. Si bien la conciencia de que la actividad humana estaba afectando el ecosistema del planeta es muy anterior, fue solo con la entrada en vigencia de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, el 21 de marzo de 1994, que finalmente los países trazaron una hoja de ruta para trabajar en serio en un problema que se hacía cada vez más apremiante. Esa Convención dio origen a una sigla que se hará recurrente en los oídos de los chilenos: COP. La Conferencia de las Partes o COP, por su sigla en inglés (Conference of the Parts), es el órgano máximo de la Convención sobre Cambio Climático, una especie de asamblea general a la que concurren todos los países signatarios del tratado y en la cual adoptan decisiones que significan compromisos de mitigación y adaptación al indesmentible fenómeno del calentamiento global, como consecuencia de la acción antrópica. De estas conferencias surgieron el Protocolo de Kioto y el Acuerdo de París. El primero buscaba la reducción en un 5% de la emisión de gases de efecto invernadero, en relación a los niveles del año 1990. Sin embargo, el compromiso sólo sería obligatorio cuando lo suscribieran los países responsables de, al menos, el 55% de las emisiones de dióxido de carbono, hecho que recién ocurrió con la ratificación de Rusia en noviembre de 2004, habiendo previamente conseguido que la Unión Europea pagara la reconversión y modernización de sus instalaciones. Este tratado, que se pensó en dos períodos para efectos del cumplimiento de las metas, termina su segundo período de aplicación el 31 de diciembre de 2020, pero con un escaso compromiso de países industrializados como Estados Unidos, Rusia y Canadá, que no respaldaron la prórroga.

Y así, en la XXI Conferencia sobre Cambio Climático celebrada en París, surgió el famoso acuerdo que hoy llena las planas de los medios de comunicación, que entrará en vigencia al término del Protocolo de Kioto en 2020 con el objetivo de mantener la temperatura media mundial "muy por debajo" de los 2 grados Celsius, en relación a los niveles anteriores al inicio de la Revolución Industrial.