Erwin Schnaidt Ávila
Aunque todos los indicadores reportaron una baja en el consumo de drogas y sustancias ilícitas entre estudiantes de octavo básico a cuarto medio de la región, sólo un 20,6 % de ellos aseguró advertir riesgos al fumar marihuana.
El antecedente surgió en el análisis preliminar del XII Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar 2017, elaborado por el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda).
La encuesta consultó respecto del consumo de tabaco, alcohol, marihuana, cocaína (incluida la pasta base), inhalables y tranquilizantes sin receta médica.
En el caso de la marihuana, se logró conocer que un 29,6% la fumó en el último año, lo que confirma la tendencia del estudio de 2015, que reportaba un 33,8 %, con una variación de 4,2 puntos porcentuales (pp.).
Carlos Charme, director nacional Senda, se refirió a la percepción de riesgo. "Estas cifras son el resultado, tanto para la región como para el resto del país, de un intento irresponsable por hacernos creer que la marihuana es inofensiva. Nosotros debemos ser responsables y decir fuerte y claro que la marihuana hace daño, sobre todo a nuestros niños y adolescentes que están en plena etapa de desarrollo. Nuestro desafío entonces para la región, y para todo Chile, es hacer retroceder el consumo de esta y otras drogas, sobre todo en nuestra población escolar. Ese es el mandato del Presidente Sebastián Piñera: poner a los niños primero", remarcó.
El director de Senda llamó "a todos los sectores a un gran acuerdo social para frenar y hacer retroceder el consumo de marihuana y otras drogas entre nuestros niños y jóvenes. Un acuerdo que involucre a los actores sociales, políticos y, sobre todo a las familias, que son uno de los principales factores protectores ante la amenaza de las drogas."
Esto último al observar además la baja percepción de desaprobación parental entre los menores encuestados: sólo un 64,1% declara que sus padres estarían extremadamente molestos si supieran que han probado marihuana.
Otros resultados
En alcohol, el estudio muestra que quienes declaran haberlo consumido en el último mes baja de un 33,3% en 2015 a un 26,9% en 2017. Su percepción de riesgo es de 62,3% y desciende de 64,3% a 58,3% el porcentaje de quienes declararon que sus padres estarían extremadamente molestos si fueran sorprendidos con unos tragos de más.
En cocaína, se estabilizó el consumo en el último año, que llegó a un 5,3% (6,5% en 2015). Lo mismo que en percepción de riesgo de uso frecuente, de 50,5% en 2015 a 49,6% en 2017.
En tabaco, la prevalencia diaria de cigarrillos se estabiliza, al pasar de 5,8% a un 4,8% en 2017. Se estima que ello está vinculado a una alta percepción de riesgo de consumir tabaco de manera diaria (81,1%).
Misma condición evidencian los resultados del consumo de tranquilizantes sin receta médica, que pasó de un 9,8% en 2015, a un 9,6%, según la encuesta de 2017.