Cultura de corrupción y la autocomplacencia
Cristián Duarte.
Managing Partner de TRANSEARCH Chile.
Resulta curioso que cada vez que en nuestro país se toca el tema de la corrupción, políticos y autoridades de todos los signos se encogen de hombros y se refieren a ésta como un problema importante, pero menor comparado con lo que ocurre en otros países.
Se repite de manera más o menos automática que Chile está muy lejos de lo que ocurre en países como Perú, Brasil o Argentina, en donde presidentes, grandes empresarios, ex presidentes y autoridades de gran relevancia han ido a la cárcel o dejado sus cargos para enfrentar procesos judiciales en medio de escándalos relacionados con faltas graves a la probidad.
Lo anterior, pese a que Chile cayó 5 puestos en 3 años en el ranking internacional de la corrupción, ocupando la peor ubicación de su historia.
Cabe entonces preguntarse:
¿Es que en Chile las penas o sanciones asociadas a la corrupción son muy leves mientras en otros países son más duras?
Para algunos pareciera que la corrupción es buen negocio y que vale la pena correr el riesgo porque, en la improbable situación de ser descubiertos, las consecuencias no son tan graves.
La cultura, como sabemos, es como un Iceberg, la mayor parte de los comportamientos no se perciben fácilmente pero están ahí. Esto es lo que pasa con la cultura de la corrupción y del encubrimiento cuyo ejemplo más icónico es la Iglesia Católica.
Básicamente, y en buen chileno, los que no forman parte del sistema de la corrupción hacen gala de la vieja costumbre chilena de "hacerse el leso" o mirar para el lado y dejar que otro levante su voz.
Es ingenuo pensar que frente al mal ejemplo que han dado quienes están en las altas esferas, todos los colaboradores de menor jerarquía se mantendrán inmunes y no seguirán los pasos de sus líderes, renunciando a su porción de la torta. Por el contrario, el mal ejemplo abre la puerta a la corrupción en otros niveles, en las cosas más simples y cotidianas que en el mediano plazo pueden ser imposibles de contrarrestar.
Rodrigo Mardones Barraza.
Gerente de Agrollanquihue.
Evaluación de 2018 y
proyecciones al 2019
A poco más de tres semanas para que este 2018 nos deje, y esto hace necesario una evaluación de lo que hemos vivido durante estos doce meses. Primeramente, como gremio estamos enormemente preocupados con lo que está sucediendo en el mercado lácteo, ya que el nivel de importaciones que se ha realizado este año, al igual que el anterior, es considerablemente alta, representando más de un 30% del mercado interno. No estimular la producción nacional y genera frustración en los productores nacionales, que ven como el fruto de años de trabajo y compromiso se van desmoronando. Es por lo anterior que en 2017 se solicitó al Comisión Nacional de Distorsiones de Precios salvaguardias para sector lácteo. Ya finalizamos este año y aún no tenemos una respuesta clara frente a esta situación. En lo positivo hemos logrado, en conjunto con gremios pares de la mayor parte del país y el patrocinio de algunos parlamentarios, instalar en el Congreso un proyecto de Ley de Etiquetado que tiene como principal objetivo aclarar a los consumidores qué tipo de producto lácteo están comprando y el país de ordeña de la leche que lo compone, mejorando la información a estos. Otro aspecto positivo es el acercamiento que se ha tenido con China. El país asiático considera estratégico a Chile desde un punto de vista logístico e industrial con el cono Sur de nuestro continente, lo que sin duda, de ser bien gestionado por el sector público y privado de ambas naciones, deberá traer importantes beneficios para ambos. El 2019 se realizará en nuestro país una nueva versión del foro APEC, que reúne a las 21 economías más importantes del Asia Pacífico, donde nuestra región será gran protagonista al alojar una de las reuniones más importantes durante el mes de agosto próximo. No podemos dejar de mencionar el acercamiento que hemos tenido con la industria del salmón chilena, anclada principalmente en la Región de los Lagos, la que apunta a mejorar nuestra posición como oferentes de granos y aceites para la acuicultura. De lograr avanzar, significará el desarrollo de una nueva industria relevante para la región. Las crisis generan oportunidades y vimos cómo se instaló el discurso de la colaboración y cooperación en el sector. Tanto en el gobierno como los mismos agricultores ven con mejores ojos el concepto de asociatividad y cooperativismo.