Los lugareños del valle de Chamiza y aledaños, luego del ciclo de conciertos, esta vez en forma extraordinaria, disfrutarán del encanto de la música coral, que ha preparado -para recibir dignamente la próxima Navidad- la Agrupación Cultural que preside Martín Wunderlich Bernier, a través del Coro Mixto Luterano de Concepción, cuya actuación está programada para el domingo 9 venidero, a las 11,30 horas, en la Iglesia Luterana, al borde de la Carretera Austral.

Se trata de un elenco coral de notable prestigio, que dirige desde 1999 la ilustre puertomontina Verena Weil, de vasta y brillante trayectoria. Donde sobresalen celebradas presentaciones a través de todo el territorio, en medio del reconocimiento y admiración hacia la extraordinaria calidad y arte del Coro Luterano penquista. Verena es hija del conocido empresario de servicios marítimos y organista de la Iglesia Luterana de Puerto Montt, Óscar Weil, y hermana de Óscar, el músico y también organista del mismo templo hoy radicado en Alemania, y de Gert, campeón olímpico del lanzamiento de la bala.

La actuación coral que se anuncia es muy bienvenida por estos lares, por su calificada e inspirada contribución al incremento del espíritu navideño, con que por estos confines hay que recibir la Nochebuena, que conmemora el nacimiento del Niño de Belén. Música sacra y villancicos engalanan, de preferencia, sus próximas interpretaciones dominicales, además de canciones chilenas, latinoamericanas y de diversos rincones del globo.

Así, en el fértil valle de Chamiza, -histórico porque allí surgió la primera base aérea-, no sólo germina la productividad alimentaria desde los tiempos de la llegada de los inmigrantes alemanes, -siendo hoy un próspero polo de desarrollo en marcha-, sino que también comienza a sobresalir como otro eje de promisorio avance cultural en la zona rural.

Felicitamos, efusivamente, a los impulsores de estos progresos en la cultura sin levita y popular, pero siempre fina y profunda. Un gran ejemplo para ser mejores. Y ojalá, desde esta misma Navidad.

A siete meses de la promulgación de la Ley de Inclusión para Personas con Discapacidad, que reserva el 1% de empleos para personas con discapacidad o asignatarias de pensión de invalidez de cualquier régimen previsional, en organismos públicos y empresas con 100 o más colaboradores, La Dirección del Trabajó informó que los dos últimos meses los contratos de trabajo de personas con discapacidad registraron un alza de 46,5%.

Estas cifras, sin duda, representan un gran avance, pero no me deja de llamar la atención que uno de los datos contenidos en el informe la Dirección del Trabajo revela que en nuestro país hay 4.277 hombres con discapacidad que tienen contrato laboral, mientras que en el caso de las mujeres el número se reduce a 2.240. Al analizar estos números, y pese a los esfuerzos que se han materializado en Chile, haciendo de la inclusión un pilar estratégico de desarrollo, las mujeres que viven con alguna discapacidad en nuestro país, aún mantienen bajas tasas de inserción laboral. Lo anterior, es un antecedente más a una deuda histórica que tenemos como país: el balance de género en el mercado laboral.

El aporte de las mujeres en el mundo laboral permite a las empresas obtener una visión más rica, compleja e innovadora. Nuestro liderazgo es complementario al de los hombres, por lo mismo, como empresas debemos comprometernos en educar a nuestros públicos internos y externos sobre la importancia del balance de género de mujeres con discapacidad y ayudarlos a conocer la realidad que viven, promoviendo su inserción en el mundo laboral.

Dentro de este contexto, en BASF nos hemos planteado el gran desafío de contribuir, a través de la educación, a hacer de la inclusión de personas con discapacidad parte de nuestra cotidianeidad, porque creemos firmemente en un entorno donde las capacidades y talentos de las personas sean el único diferencial importante y no su condición. En un ambiente corporativo donde la discapacidad, en sus distintos tipos y grados, no sean impedimento para la realización profesional.

Karin Willeke,

Consultora de Sustentabilidad y Diversidad e Inclusión de BASF.