Sobre inmigración
Leyendo los resultados de la encuesta Bicentenario 2018, se observa una enorme diferencia entre la experiencia particular de cada chileno, y la percepción general sobre el fenómeno migratorio.
Por ejemplo, un 87% de los entrevistados manifestó que nunca o casi nunca ha tenido malas experiencias, desacuerdos, tensiones peleas o conflictos con inmigrantes. Igualmente, sólo un 33% indicó haber tenido una poco o nada amistosa interacción con inmigrantes (es decir, el 67% restante no la ha pasado mal con los extranjeros).
Si esto es así, entonces, ¿por qué en la misma encuesta, un 44% de los entrevistados cree que hay un "gran conflicto" entre chilenos e inmigrantes?, ¿quién ha tenido entonces un "gran conflicto" con ellos? (comillas nuestras): a juzgar por el párrafo anterior, parece que los encuestados no lo tienen. La inmigración en Chile es hoy un tema relevante, pero de allí a un conflicto hay mucho camino. Para esta pregunta, una escala de respuestas más apropiada, podría haber arrojado una dimensión más útil e interesante para el análisis.
A la inmigración hay que darle su justa atención, como tema antes que como problema, sin prejuicios de ningún tipo. El Estado, con acciones coherentes, no debe permitir que esta se problematice, y la sociedad asumir con madurez el reto. Chile tiene el deber de regular el acceso de los extranjeros a su territorio soberano de forma oportuna, responsable y eficiente.
Hay vida más allá de la inmigración en el temario político, económico y social actual. ¿Acaso hay algún problema hoy en nuestro país, que se pudiese resolver únicamente si de un día para otro no tuviéramos ningún extranjero?, ¿el desempleo disminuiría?, ¿los lapsos de espera para una operación en el hospital mejorarían?, ¿las acciones policiales serían más adecuadas y ajustadas a derecho?, ¿la calidad de la enseñanza mejoraría?, ¿la productividad aumentaría?, ¿tendremos una mejor pensión? Todos esos temas estuvieron, están allí y seguirán estándolo, más allá de la inmigración.
ALONSO JAVIER JIMÉNEZ BENAVIDES.
Nuestra identidad
Desde que la U. de los Lagos adquirió las antiguas dependencias del Colegio San Francisco Javier, ha sido muy triste visitar lo que es la actual Universidad, donde existe por dentro un total descuido de su infraestructura, jardines y espacios en común, dejando una impresión de "¡qué dejado está esto!". Cuando algo es de "todos", también es de nadie.
Ya no existen salas bautizadas con nombres de sacerdotes fundadores o personajes históricos que dejaron huella en la comunidad, o aquellos murales que padres y apoderados, incluso profesores, hacían de manera voluntaria con mensajes en pro de la solidaridad y los valores cristianos que llenaban de color aquellos espacios sombríos de nuestros grises cielos. Pero esos valores y esa memoria histórica no importan, porque no son DD.DD., ni son banderas políticas que en la actualidad a sus estudiantes y profesores les conmueva.
Pido porque se respete y se cuide el que es, quizás, el último espacio de historia e identidad de Puerto Montt.
SEBASTIÁN CÁRDENAS BENAVENTE. Ingeniero Comercial.
Insultos a Carabineros
Difícilmente en el último tiempo en nuestro país y bajo un régimen denominado democrático, una autoridad ha sido insultada y vejado tanto como a nuestros carabineros y todo ello ante la impasividad de la autoridad administrativa y la clase política. Debemos entender que una democracia que hace posible esto, vale poco y en ningún país desarrollado se lo permite; esto habla mal de nuestra nación. Entonces, concordemos en que deberíamos imitar lo bueno y esas acciones, valores y principios que ellos ya han puesto en práctica y permiten el desarrollo de mejores sociedades.
JOSÉ M. CAEROLS SILVA.
Festín mortuorio
Esta es la única forma de calificar lo que ha hecho parte de la izquierda chilena tras la muerte de Camilo Catrillanca. Festinar, cual sacrificio azteca, con un nuevo muerto del terrible conflicto que se vive en la Araucanía. Aprovechándose de la efervescencia popular y del dolor de la muerte, quisieron ganar un punto político.
Pero el conflicto en la zona no puede ir por ese carril. No puede abordarse el problema sabiendo que hay un sector pidiendo en su fuero interno algún error, algún muerto, a fin de poder debilitar la posición de quien este en el poder. El acercamiento entre mapuche y no mapuche exige excluir el oportunismo político del mundo político. ¿Que confianzas puede generar si sólo se espera aprovechamiento de algunos?
Estamos ante un tema de Estado y requiere del esfuerzo de todos, de políticos y sociedad civil. Basta del deleite político barato.
ESTEBAN MONTANER R.