RADICULOPATíA CERVICAL (NERVIOSa)
La radiculopatía cervical o como también se denomina "nervio pinzado", encuentra su origen a nivel nervioso, donde principalmente se ve afectado el nervio de la zona en cuestión.
En este caso, la zona cervical puede presentar un agudo dolor que se puede ver envuelto en diversos síntomas hacia la parte inferior de los brazos o las manos y en algunos casos, incluso hasta los dedos debido a su irradiación.
Los dolores al presentar esta patología, se gatillan cuando se levanta o se gira la cabeza. Aquí es donde se pueden apreciar un sin número de síntomas que engloban entumecimiento, hormigueo y debilidad.
Las radiculopatías cervicales son más comunes de lo que creemos y confunden a muchos médicos, deportistas y población en general.
Esta afectación causa dolor en el hombro y/o el brazo, y los deportistas creen que algo sucede en uno o ambos cuando en realidad el problema no está en ninguno de los dos. El problema está directamente en el cuello.
La columna cervical (porción constituida por el cuello) aloja la médula espinal, que cuenta con bastantes raíces nerviosas que se ramifican para aportar inervación motora y sensitiva a los brazos.
Cuando se levanta la cabeza o se intenta girar el cuello, las raíces nerviosas pueden resultar pinzadas en el punto donde salen de la columna cervical.
Es en este trayecto donde se ocasiona el dolor y por tener terminaciones nerviosas hacia distal, el dolor o entumecimiento puede descender hasta el brazo o dedos de la mano en ocasiones.
Esto se llama dolor referido, es decir, dolor que procede de una parte del cuerpo distinta de aquella en que se siente.
Estadísticamente, el origen más habitual del dolor referido, es en las extremidades superiores es el cuello, y el lugar más común donde se siente el dolor referido es el hombro o brazo.
Se ven y evidencian muchos casos de este tipo, tanto en ciclistas por la contracción muscular aumentada en esta zona, por mantener el manubrio de la bicicleta durante largos periodos de tiempo; y en nadadores, que deben realizar inclinaciones y rotaciones, tanto de cuello y cabeza y circunducción en hombros más toda la movilización muscular que esto conlleva.
Otra de las causas, se puede deber a que ciertos pacientes van teniendo disminución en el espacio intervertebral de los discos vertebrales que separan y evitan el roce articular entre cada vértebra.
Con los años este espacio va en disminución y el cuerpo con su naturaleza y sabiduría, comienza a evitar complicaciones en dichas estructuras.
El cuerpo responde formando más hueso o protuberancias u osteofitos alrededor del disco intervertebral para fortalecerlo y evitar su colapso.
Dichas protuberancias también favorecen la rigidez en la columna cervical. Estas protuberancias pueden disminuir el área del foramen y pinzar la raíz nerviosa.
Estos casos ocurren en pacientes con al menos 50 años y van siendo normales y en algunos casos, no generan síntomas.
Entonces ¿qué causa el problema? Las vértebras del cuello desalineadas, o una enfermedad degenerativa como artritis o espolones óseos.
Todos ellos influyen, pero el mayor porcentaje se debe a hernias de disco cervical que comprime la raíz nerviosa en esta zona.
APRENDIENDO CON EL KINESIÓLOGO