A ningún puertomontino, -que quiera, respete y admire a su terruño-, le agradaría ver perder la categoría a su institución representativa en el fútbol profesional chileno, -Deportes Puerto Montt-, que actualmente está en riesgo de descenso a un rango inferior del balompié rentado nacional. Lo que se precipitaría si el club porteño fracasase en los dos últimos compromisos que restan de la temporada y donde el encuentro decisivo es el de este sábado, a las 16.30 horas, en el Estadio de Chinquihue, ante Santiago Morning.
El plantel porteño, que últimamente ha logrado positivos resultados jugando de local, y que en general ha tenido una leve mejoría en su discreto rendir, pero sin afianzarse en el torneo, está dispuesto ahora a jugarse el todo por el todo para asegurar la representatividad de Puerto Montt en la serie escolta de primera. Y de ese modo, el próximo año, volcarse en una definitiva campaña -a fondo- para conquistar un digno sitial de competición en la selecta palestra de los grandes clubes del país.
Cabe consignar, que luego del reciente empate a cero de las escuadras de Lo Barnechea con San Marcos de Arica, bastaría una igualdad mañana para mantener su categoría y seguir en batalla por el ascenso el próximo año.
Esa opción -clave y única- para no descender y consolidarse en la B y así mantener latente la opción del ascenso, surge mañana sábado en Chinquihue, donde Deportes Puerto Montt confía plenamente en asegurar la permanenecia en la B a costa de Santiago Morning, si es que cuenta con aliento -masivo y vibrante- de su público. Una sociedad admirable, que ya ha funcionado exitosamente en otras oportunidades. Y que esta vez es imperioso se repita.
La institución porteña -por la esforzada seriedad con que labora- no merece precipitarse a un rango inferior. Por el contrario, es digna de una nueva oportunidad, para hacer las cosas mejor y potenciarse a la altura de volver a primera. Lo que se logra sólo en unidad: con más socios y público en el estadio, respaldo empresarial, ambición y trabajo.