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Comerciantes piden que no los saquen de calle Antonio Varas

TRABAJOS. En caso de tener que salir de actual ubicación, solicitan que sea a un lugar donde no bajen las ventas.
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Vicente Pereira Parra

La remodelación de Antonio Varas estaría cobrando sus primeras víctimas: un grupo de comerciantes ambulantes que trabajan a un costado del supermercado San Isabel (en las cercanías del Terminal de Buses) y que tendrían que salir producto de las obras.

Los comerciantes están conscientes de ello, pero piden a la autoridad que los instale en un lugar donde puedan vender sus productos.

La propuesta municipal es que se trasladen unos metros: en las afueras del edificio España.

Sin embargo, los comerciantes no quieren, dado que -acusan- se trata de un punto en el que sus ventas bajarán de manera radical, puesto que el tránsito por este punto de la capital regional es menor que donde están.

Por eso, proponen seguir en el mismo punto, aunque en un espacio menor al de ahora.

En la corporación edilicia, en todo caso, no cierran las puertas para llegar a un acuerdo respecto al lugar que les será propuesto para que prosigan con sus trabajos.

Los permisos vencen a fines de este mes. Sin embargo, la situación será analizada una vez al mes. Así lo indica Fabián Becerra, subdirector de Seguridad Pública y Manejo del Riesgo del municipio, quien manifestó que se están tomando medidas que fueron ofrecidas a los comerciantes.

Una de ellas es la construcción de un recinto en Salvador Allende.

Además, comenta que con esta medida se comienza a cumplir el compromiso del alcalde de erradicar, de manera paulatina, el comercio ambulante. "Paulatinamente, se irán quitando estos permisos y en la evaluación mensual se irá viendo dónde se irán instalando", comentó.

Katherine Fuentes explica que son alrededor de 30 los comerciantes que están en esta situación. Según señala, el inconveniente que tuvieron fue el que les habían dicho que ayer serían sacados del lugar, en circunstancias que tienen el permiso para trabajar al día, pero hasta fines de mes. Además, reconocen que hay un número importante de comerciantes informales que trabajan sin permiso.

Fuentes apela al respaldo que tienen de parte de la comunidad y que se ve reflejado cada vez que les quieren quitar los permisos. "Juntamos muchas firmas...", revela.

Eliana Ojeda, en la misma línea, sostiene que la solución dada es que les renovarían los permisos cada 15 días y mientras no interrumpan la obra, acuerdo que los dejó conformes, por lo que ahora esperan que se cumpla. Junto con ello, dice ser partidaria de que "mi ciudad sea lo más lindo que hay. Y si tengo que correrme por eso lo voy hacer"; pero, advierte que ello no es a cambio de que sus hijos no coman. "No van arreglar una ciudad a costa de que nosotros quedemos sin comer", subraya.

Tanto Fuentes como Ojeda exponen que si, por ejemplo, hoy venden una caja de tomates, en el emplazamiento propuesto no comercializarán ni la mitad: "La misma gente que nos compra, nuestras caseras, nos dicen cómo van a irse para allá... En lugar de barrer con nosotros, tanto que nos atacan, la gobernadora debería barrer con la delincuencia que hay en el centro de Puerto Montt".