La reciente celebración en nuestra zona del Día Mundial del Turismo, junto con poner en relieve la gran importancia de esta industria para el desarrollo regional, sirvió para reflexionar en torno a las debilidades, indolencias y limitaciones que entorpecen una gestión más fluida y eficiente de la actividad turística sureña.
Particularmente, esa valiosa introspección se concentró en nuestras evidentes flaquezas de conectividad, que son el principal obstáculo que impide un expedito y cómodo acceso turístico a los principales atractivos de naturaleza y aventura existentes. Determinándose corregir los rumbos, al concentrarse en una dinámica proactiva, directa, coordinada, ejecutiva. Donde los proyectos culminen en obras oportunas y dejen de permanecer estancados entre la desidia y burocracia. No más caminos destruidos y por años sin restaurarse. Mejor señalización y más refugios. Mayor calidad en la infraestructura, equipamiento y servicios turísticos.
Esta es hoy la voluntad de las autoridades, tras reconocer las imperfecciones de un turismo local, que -siendo más fuerte y decididamente apoyado por el sector público-privado- está destinado a consolidarse como el principal pilar económico de la Región de Los Lagos.
Dentro de estos ánimos de resurgimiento en el rubro del turismo, -vigorizados en su "día"-, es cuando más se llega al convencimiento en la falta que hace que se transformen en obras aspiraciones y propuestas como la del tren urbano Alerce-Puerto Montt, incluyendo su extensión a un circuito por las comunas lacustres y hasta Osorno, que remate en visitas a los prehistóricos sitios arqueológicos de Monte Verde y Pilauco. Cual sorpresa singular para un visitante ávido de novedades autóctonas, además de constituir un aporte de mucha valía social.
Ampliar y remozar la ruta hacia el Aeropuerto El Tepual, -para el cual ya se anuncia un mayor movimiento-, es también una primordial prioridad en el marco de la mejor conectividad que requiere el turismo de la región y su capital Puerto Montt.