Erwin Schnaidt Ávila
Su respaldo a la labor eclesiástica que ha desarrollado el padre Darío Nicolás Serrano, expresaron en la parroquia San Pablo de Mirasol.
El sacerdote fue acusado el pasado 31 de agosto, por un presunto caso de abuso sexual en menores de edad, hechos que habrían ocurrido durante la década de los '90.
Tales sucesos no fueron revelados por las supuestas víctimas, sino que por quien asegura haber sido testigo. El aludido, que se encuentra en España, negó la denuncia y anunció su regreso a fin de mes para dar inicio a su defensa.
El administrador apostólico de la Arquidiócesis de Puerto Montt, padre Ricardo Morales, notificó a Nicolás antes de derivar los antecedentes a la Fiscalía Local del Ministerio Público. Asimismo, le informó que desde el 13 de septiembre quedaba suspendido de todas sus tareas pastorales, así como para realizar celebraciones públicas de oficios religiosos.
La misa dominical del mediodía fue celebrada por Daniel Coñuecar, ordenado en 2007 como diácono de la parroquia. Durante la liturgia dio a conocer los antecedentes de esta acusación, así como la responsabilidad que le asignó el propio Nicolás para dirigir esa comunidad.
Dijo que todos los días mantiene contacto con el sacerdote. "Al principio estaba sorprendido, pero ayer (sábado) ya había asimilado más las cosas. Él sostiene que todo es falso. Yo le decía: no voy a poner una mano al fuego por ti, sino que voy a poner las dos, porque te conozco tanto, que es imposible una cosa así".
Aseguró que su relación con el padre Darío se extiende por más de 35 años, por lo que se mostró sorprendido ante la denuncia. "Desde sus inicios en la parroquia, en 1974, que trabaja con jóvenes. Hemos sido unos 12 mil jóvenes que hemos sido evangelizados por Darío y nunca dijo algo como lo que se asegura en la denuncia", expuso Coñuecar.
El diácono planteó que resta esperar y que "la verdad se aclare pronto. La comunidad está con pena y sorprendida. Darío ha sido una persona tan sana, que siempre ha estado dispuesto a ayudar".
Movimiento palestra
Mientras que Víctor Díaz, secretario regional del Movimiento Palestra, aseguró que se vieron asombrados, "porque nadie esperaba algo así", ya que conocen la trayectoria del padre Darío.
"Estamos con él; estamos golpeados. Pero tenemos que continuar, porque él quiere eso", especificó.
Díaz manifestó que nunca sospecharon alguna conducta de esas características. "Nosotros creemos en su palabra, ciento por ciento. Pero, estamos todos afectados, porque lo conocemos", reiteró.
Aseguró que como movimiento no impulsarán ningún acto público de defensa y que "dejamos todo en manos de quienes están llevando adelante la investigación. Estamos tranquilos y confiados en él".
El Arzobispado de Puerto Montt también investiga al presbítero Eugenio Céspedes Alarcón, párroco de Nuestra Señora de Guadalupe, tras ser denunciado por un adulto, quien dijo haber sufrido en 2005 abuso de poder, manipulación de conciencia y actos de connotación sexual. Hay otra acusación contra Céspedes también relacionada con actos de tipo sexual con adultos.