Amplio rechazo genera proyecto que regulariza máquinas de juegos de azar
EFECTOS. Cámara de Comercio de Puerto Montt observa efectos negativos en las cercanías de esos locales. Alcaldes y senador advierten riesgos de ludopatía.
Preocupación en diferentes sectores de la comunidad local, generó la decisión tomada en la Comisión de Descentralización y Regionalización del Senado, en cuanto a aprobar un proyecto de ley para regular y no prohibir el funcionamiento de máquinas de juego de azar y tragamonedas fuera de los casinos.
El presidente de la Cámara de Comercio de Puerto Montt, Carlos Stange, aseveró que el gremio "rechaza cualquier postura a favor de esta actividad".
Argumentó que su funcionamiento "constituye además verdaderos casinos, con decenas de estos dispositivos, en locales del centro de la ciudad".
Sobre la decisión de los senadores, Stange dijo estar sorprendido, ya que estima que puede conducir a la legalización de esos artefactos. "No podemos entender por qué una comisión en pleno pudo aprobar una medida de este calibre, sin consultar los efectos negativos que se producen en el entorno de los lugares en que se desarrolla la actividad. Si esta medida fuese aprobada por el Congreso, no se entendería. Por un lado, tratamos de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, y sin un mayor argumento se decide una medida como ésta", expuso.
Posición de alcaldes
La moción parlamentaria también fue analizado por los alcaldes Víctor Angulo, de Llanquihue, y Jorge Westermeier, de Maullín.
Angulo se pronunció en favor de prohibir su funcionamiento. "Muchas de las personas que van a esos locales, es gente muy humilde, que se gastan hasta la plata del pan. Es una condición que va escalando y que puede ser peligrosa".
Admitió que como en esa comuna existen cuatro locales, esos efectos son percibidos de mejor manera.
El alcalde de Llanquihue advirtió que algunos de esos negocios "se prestan para otras cosas", por lo que se mostró proclive a prohibir su funcionamiento y planteó que los legisladores deben revaluar esa decisión. "Son máquinas que tragan monedas, quitan la plata de los vecinos que acuden a ese tipo de locales", enfatizó.
Mientras que Westermeier se mostró partidario de regularizar esa operación, para no afectar a quienes tienen en esa actividad su fuente de ingresos. En la comuna aseguró que hay unos 30 permisos de este tipo.
También admitió que existen casos de personas que han desarrollado "serios problemas de dependencia con esto. Hay mucha gente que va a apostar los escasos recursos que tiene para acceder a bienes de consumo básicos. En eso no estoy de acuerdo".
El jefe edilicio de Maullín explicó que debe regularse una edad mínima de quienes pueden usar esos artefactos, así como definir si se trata de máquinas de destreza.
En forma paulatina
En tanto, el senador Iván Moreira no escondió su preocupación por la iniciativa que fue votada favorablemente por los cinco integrantes de esa comisión: Pedro Araya, Carlos Bianchi, Rodrigo Galilea, Luz Ebensperger y Rabindranath Quinteros.
El legislador de la UDI postuló "exterminar paulatinamente las máquinas tragamonedas que funcionan fuera de los casinos establecidos, ya que ocasionan una serie de perjuicios a la ciudadanía".
Entre ellos, mencionó que "fomentan la ludopatía, principalmente en sectores vulnerables, ya que se instalan en cualquier local comercial, como un almacén de barrio o botillerías. En estos locales, el dinero que se destina para alimentos o víveres, puede ser jugado con la esperanza de aumentarlo, pero como ocurre muchas veces, quien, apuesta, no gana, viendo diezmado su dinero".
El segundo aspecto que le inquieta a Moreira es que "las cercanías de esos recintos, se pueden transformar en eventuales focos delictuales, que aumentarán la sensación de inseguridad de miles de vecinos", advirtió.