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Lo que arroja el Precenso y la Encuesta Casen

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Junto con los resultados del estudio, Serey también aportó datos extra. De acuerdo a la información disponible del Precenso de 2011, un 42,4% de las calles de esta zona están por reparar y un 5,6% de ellas por hacer; un 54,9% de las veredas están sin reparar y un 9,6% por hacer. Mientras que un 15% de sus manzanas están deficientes en luminarias y un 29,5% de las calles no tienen señalética adecuada; además, un 81% de sus manzanas no tienen basureros.

Conforme a la Encuesta Casen 2015, unas 2.446 familias están en situación de allegamiento, 5.998 viviendas fueron declaradas como irrecuperables; dos de cada 20 habitantes no tiene centros de salud a menos de 2,5 kilómetros; tres de cada diez habitantes observa consumo de drogas en la vía pública; dos de cada cinco habitantes declara tener problemas de contaminación acústica y de basura en la vía pública.

27% de la población vive en zonas urbanas críticas, según la CChC

GRAN PUERTO MONTT. Se trata de unas 57 mil personas. Los resultados dan cuenta del mal estado de calles, veredas y viviendas, además de reflejar que hay una alta concentración de equipamiento.
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Erwin Schnaidt Ávila

Las principales deficiencias en materia de infraestructura urbana del Gran Puerto Montt, detectó el estudio "Una oportunidad para la Reinvención Urbana", que preparó la Gerencia de Estudios de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), que aplicaron en 22 ciudades del país.

El concepto "Gran Puerto Montt", considera la conurbación con Puerto Varas, que incluye a Alerce, así como a la localidad de Nueva Braunau, la que fue identificada como la zona crítica de la comuna lacustre, según reveló Daniel Serey, coordinador de Estudios de Vivienda y Mercado Inmobiliario de esa Gerencia.

El análisis consideró tres dimensiones: Condición de infraestructura, Accesibilidad al equipamiento y Medioambiental. Su combinación permitió elaborar ese Índice de Bienestar Territorial. "El resultado de esa información se llevó a nivel de manzanas, para construir un indicador de bienestar del entorno urbano. Un proceso estadístico, permitió identificar las zonas más críticas y determinar cuáles son los barrios más carentes en estas dimensiones", especificó.

Dónde y cómo vivimos

Sobre el resultado del estudio, Serey estableció que un 26 % de la población (unas 57 mil personas), vive en zonas críticas, lo que abarca un 13% de la superficie total evaluada.

Mientras que en zonas intermedias, que puede mezclar condiciones urbanas críticas y destacables, vive el 50% de la población (más de 100 mil personas) y abarca casi el 70% de la superficie de esas comunas.

Las áreas destacables las habita el 21% de la población o 47 mil personas, que ocupan el 17 % de la superficie.

Al compararlo con las 22 ciudades que consideró el estudio, Serey estableció que esta conurbación concentra casi el 2% de la población que vive en zonas críticas del país; mientras que un 2,3 % está en zonas intermedias y el 1,6% en zonas destacables.

En ese trabajo, analizaron además la variable socioeconómica, que detectó tendencias, pero sin una correlación clara. "Puede haber barrios críticos, en los que es alto el nivel socioeconómico de las personas que viven ahí; y barrios destacables, en el que ese nivel no es el más alto", definió.

Serey determinó que existe esta relación entre un barrio crítico y el nivel socioeconómico promedio, en cuanto a su concentración. "En lugares de zona crítica, donde hay niveles socioeconómicos altos o bajos, están segregados".

Mala infraestructura

En su presentación, el coordinador de Estudios de Vivienda y Mercado Inmobiliario, especificó que en el ámbito de la Infraestructura, "hay zonas nuevas de la ciudad que están mejor servidas, desde ese punto de vista, pero el gran problema que se detecta es que el estado de calles y veredas es malo", lo que -puntualizó- ocurre "en la mayoría de las ciudades del sur".

En cuanto a la materialidad de las viviendas, como el estado de techos, muros y pisos, opinó que "hay un deterioro en muchos aspectos, lo que se traduce en la materialidad de las viviendas". En general, remarcó que "el resultado es bastante malo y en algunos sectores específicos es peor", realidad que también comparten otras ciudades del sur consideradas en este estudio.

Concentración

En la segunda variable, destacó el acceso a equipamiento deportivo. Aunque existe buena cobertura, al compararlo con otras ciudades se observa una menor disponibilidad, lo que atribuyó a que "los equipamientos son pequeños".

Serey determinó que ese factor "hace que bajen los metrajes cuadrados por habitantes, a pesar que toda la parte urbana está servida con equipamiento deportivo".

En cuanto al área cultural, esos recintos están concentrados en el centro. "Esto es una mala noticia, no tan mala como en otras ciudades", dijo, aunque dejó en claro que se trata de una tendencia que se observa en todas las ciudades que fueron objeto de este análisis.

Lo mismo sucede con servicios públicos y educación, al detectar que prácticamente no existen en la periferia.

Un mejor panorama se observa en acceso a equipamientos de salud. "Hay por lo menos una infraestructura que permite llegar a gran parte de la población", explicó.

Concluyó que "tenemos una zona, en torno a ciertos centros que está muy bien evaluada. Y, hacia las periferias, esta accesibilidad va cayendo".

Advirtió que tal como ha ocurrido en otras conurbaciones del país que han ido creciendo, quedan centros con buenos servicios, pero la unión que se hace mediante la construcción de viviendas, quedan sin ningún tipo de implementación. "Ese es el patrón que Puerto Montt y Puerto Varas deberían hacerse cargo de esto, para que no queden estas 'lagunas' de servicios".

Amplitud térmica

En la dimensión Medioambiental, se consideró la materialidad de las viviendas, así como las superficies de patios y calles, lo que reflejó que hay zonas más críticas que otras.

En cuanto al porcentaje de cobertura vegetal, precisó que mientras mayor es la densidad poblacional, existe más cobertura de cemento y menos presencia vegetal, lo que ocurre al contrario en zonas apartadas del centro urbano.

En suma, Serey afirmó que en esta variable se repite el patrón de otras ciudades. "Hay centros en los cuales tenemos peor calidad ambiental, por así decirlo, y hacia las periferias, dado el mayor espacio y el mayor porcentaje de cobertura vegetal, tenemos menor amplitud de la temperatura y mayor acceso a la vegetación".

Lo que se consideró

Cada dimensión evaluó diferentes indicadores, como en Infraestructura, que incluyó materialidad de la vivienda e infraestructura básica (calles, veredas, señalética, iluminación, paraderos, basureros).

En Accesibilidad a Equipamiento, se estableció la cantidad de metros cuadrados por habitantes, en cuanto a áreas verdes, equipamientos deportivos y culturales, establecimientos educacionales y de salud, y servicios públicos.

En la variable Medioambiental, se consideró amplitud térmica, que mide las diferencias de temperaturas en distintas épocas del año, como indicador de materialidad; además de la cantidad de cobertura vegetal, en cuanto a la existencia de pasto, tierra o comento.