Como economista y político, me parece que Trump hace un doble juego que puede ser muy peligroso, para el mundo y sobre todo para nuestro país.
Por un lado, bajó los impuestos internos en Estados Unidos y, por otro lado, elevó los impuestos a los principales flujos del comercio exterior de Estados Unidos.
A mi parecer, el efecto de las rebajas debieran superar el impacto de las alzas arancelarias para que el efecto final sea expansivo. De lo contrario puede estar provocando una crisis.
Un alza neta de impuestos reduce el "excedente del consumidor" al disminuir la cantidad transada (la producción y la inversión), mientras suben los precios.
Al revés, una rebaja neta aumenta el beneficio del consumidor. Podemos comparar el alza tributaria arancelaria a una catástrofe, a un aumento de los precios de los combustibles o algo parecido. También, a una pérdida general de la confianza. Alzas del petróleo han provocado períodos de contracción o de disminución de comercio y de la economía internacional.
Si como efecto suben los precios, los bancos centrales autónomos subirán las tasas de interés con el consiguiente movimiento de dineros hacías las zonas de tasas de interés más altas y riesgos más bajos. En esta ecuación, Chile y América Latina rara vez ganamos. En las ultimas décadas de gran expansión del comercio internacional, en que Chile ha sido pionero y modelo, el aumento de bienestar de los habitantes del mundo ha avanzado mucho y en Chile más.
Lo que se ha hecho es reducir los costos y barreras al comercio exterior, bajando aranceles, impuestos y trabas administrativas.
Han mejorado los puertos y aeropuertos. Los términos de intercambio se acomodan para reflejar las abundancias y escaseces relativas que muestran más nítidamente los precios. Las medidas internacionales del presidente Trump van en dirección contraria y las medidas internas apuntan a una especie de autonomía, autismo económico que siempre es de corto plazo.
Carlos I. Kuschel Silva (RN).
Diputado de la República. Región de Los Lagos.